¿Estocada final a los Derechos Humanos en Siero?

Aprovechándose perversamente de la pandemia el alcalde sierense, que ya no quiso ejecutar la partida del prestigioso premio “DD HH” el año pasado, ahora se lo carga definitivamente.

¿Todos los grupos municipales se van a hacer cómplices de tal canallada?

Todos no, seguramente. Porque hasta ahora casi todos habían defendido el premio.

Una partida menor (9.000) con destino a fin mayor como son los DD HH y su promoción y defensa pública.

¿Qué lleva a un individuo como Cepi a considerar que ya no son prioritarios los Derechos Humanos?

¿Acaso la extrema vulnerabilidad mostrada por poblaciones en mayor riesgo pandémico?

¿Tal vez la emergencia denunciada en la ONU de pueblos enteros como los indígenas, con la llamada urgente contra el etnocidio que se ha trasladado esta misma semana hasta el Papa católico?

Lo que debiera hacer todo concejo y toda autoridad competente es justamente lo contrario: defender, difundir, propagar el virus de la solidaridad. Hacer cumplir con la declaración del 48:

“Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”.

El alcalde de Siero ya ha ordenado dejar de convocar el Consejo local de Solidaridad (que no cuesta ni un duro) vulnerando normas de funcionamiento y de participación (y que este año tendría su 20.º aniversario) , y ya se había cargado en estos últimos tres años la partida de cooperación internacional, violentando una tradición del municipio de 30 años.

Cepi ha demostrado ya fehacientemente su odio a los valores de la solidaridad y ahora elimina una de las acciones colectivas que habían dado rango internacional al Concejo.

Premios “DD HH” entregados en Siero:

En el 2001 Movimiento Sin Tierra de Brasil.

Madres de la Plaza de Mayo de Argentina en 2002.

En 2003 con la Fundación Solidaridad Palestina.

Con la Fray Bartolomé de las Casas de Chiapas en 2004.

En 2005 con la Fundación Vicente Ferrer.

Con el programa de atención a víctimas de la violencia en Colombia en 2006.

En 2007 con el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra de Atenco, México.

En 2008 con el Comité de Defensa para el Derecho a la Autodeterminación del Pueblo del Sahara Occidental CODAPSO.

Con el grupo de jóvenes Ajedi-ka de Congo en 2009.

En 2010 con Bel Avenir de Madagascar.

En 2011 con la asociación de víctimas de la masacre de Trujillo, Colombia.

Con el movimiento campesino e indígena de Guatemala en 2012.

En 2013 con AWCI Mujeres y Niñas de Iraq.

Con la Asociación asturiana de solidaridad con el Sahara en 2014.

En 2015 con el Centro de Derechos Humanos “Fray Francisco de Vitoria”, de México.

Con Alejandro Solalinde de México en 2016.

En 2017 con el COPINH, la organización que había creado Berta Cáceres en Honduras.

Y en 2018 con la campaña internacional “Rumbo a Gaza-Flotilla de la Libertad”.

Y junto a esos colectivos relevantes también personas de renombre que acompañan esas organizaciones y que llegaron hasta Siero para el galardón.

Dos obispos, como don Samuel Ruiz de Chiapas o Ramazini de Guatemala, que ha sido designado cardenal.

La jovencita y el jovencito “copinhenros” Teresa y Alan, herederos de la asesinada Berta Cáceres.

Expresos políticos del Sahara como H’mad Hammad y Sidi Mohamed Daddach.

Una Madre de la plaza de Mayo, “Beba”, o la coordinadora del MST en la región amazónica de Pará, Isabel.

Una diputada sueca, Jeannette Escanilla, o un señor turco Ismail Yilma, de las familias de los navegantes que fueron asaltadas en aguas internacionales por Israel asesinando a diez de ellos, e hiriendo a cuarenta.

No lo haga, señor Alcalde de Siero.

Precisamente mañana 22-M, en el marco del Día Internacional de la Solidaridad.

Una campaña mundial insta a la ciudadanía a exigir a los gobiernos que las personas y el planeta sean su prioridad en la respuesta del covid-19.

El mundo enfrenta un momento de crisis sin precedentes. La pandemia del covid-19 está empujando la resistencia de la humanidad al límite, teniendo grandes y amplios impactos en el tejido social, económico y ambiental del planeta.

Sabemos que las organizaciones de la sociedad civil y personas voluntarias tenemos un papel fundamental que desempeñar al apoyar las acciones de la comunidad y garantizar que las personas más marginadas no se queden atrás, sobre todo en este momento crítico.

Somos testigos de la rápida movilización de un gran número de personas voluntarias en muchas partes del mundo que se encuentran asegurando alimentación vital, suministros médicos y provisiones básicas que puedan llegar a aquellos más afectados.

Esperamos que nuestros responsables políticos se aseguren de abordar medidas para construir un futuro más justo.

La respuesta global a la pandemia no debe dejar a nadie atrás, debe hacerse en igualdad, independientemente del estado legal de la persona, su edad, género, discapacidad o identidad. Los procesos deben ser transparentes, inclusivos, equitativos y responsables.

Se señala prioridad en Derechos Humanos y en defensoras/es de los Derechos Humanos, a quienes el confinamiento ha colocado en situación más vulnerable para los ataques. Como está ocurriendo en Colombia, destino por dos veces del premio internacional “DD HH” del Ayuntamiento de Siero.