Caminando por la calle
Hace unos años, recuerdo haber leído que Oviedo era la ciudad donde la gente mejor circulaba con paraguas. A partir de ese momento puse mayor atención e interés en comprobarlo y, efectivamente, los portadores de paraguas, en un alarde de flexibilidad de las muñecas y giro troncal, dan un auténtico curso de esquiva para evitar el paraguas del vecino, y al vecino.
Dicho esto, me sorprende que no tengamos tan claro cómo hemos de circular por las aceras de nuestras ciudades, circunstancia que se ha visto agravada por la salida masiva de personas, ansiosas por tomar las calles y ocupar las aceras para dar su paseo diario.
Ninguna directriz, ningún consejo de la autoridad para que los paseantes respetemos y cumplamos aquello que nos enseñaron de pequeños: “Los mayores y las señoras, por la derecha”.
Vaya Ud. a dar una vuelta por el paseo de San Lorenzo, en Gijón, y verá que gran cantidad de personas no respetan (muchos lo ignoran) que en las aceras debemos ir siempre por la derecha, en el sentido de la marcha, y tanto los que vienen como los que van se pegan a la barandilla para beneficiarse de una mejor panorámica, saltándose el derecho del que circula correctamente.
Para no extenderme en demasía, voy a lo concreto y copio resumido, lo que dice el vigente Reglamento de Circulación:
El peatón debe circular por la acera de la derecha en el sentido de su marcha y, si temporalmente no lo hace, debe ceder el paso a los que lleven su mano derecha.
No hay que pararse en las aceras hablando, sin tener en cuenta que se impide el paso y que se hace bajar de la acera.
Los que van en monopatines, patines o aparatos similares, como no deben ir por la calzada, pueden circular por las aceras, pero a paso de persona.
Las bicicletas no deben circular por las aceras, pues es un vehículo.
No se trata solamente de llevar mascarilla, respetar los horarios de salida, no tumbarse en la arena a tomar el sol, no bañarse en el mar, mantener la distancia social, etcétera. Se trata fundamentalmente de respetar los derechos del otro, para que el otro también respete los míos.
Resumiendo: Espero no encontrarme bicicletas por la acera, ni que otras personas me “obliguen” a apartarme cuando voy por mi derecha, ni tenga que bajar de la acera porque haya un grupo hablando en ella, e impidiendo el paso.
Si respetamos estas normas básicas de circulación peatonal, habremos contribuido, para beneficio de todos, a mejorar el desplazamiento por las aceras de nuestras ciudades.
Saludos cordiales.
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