Los acuerdos están para cumplirse
Todavía confinados parcialmente por el estado de alarma que algunos entienden innecesario, con un sentido de la responsabilidad digno del máster que sacaron de la manga, se encendieron luces rojas por el acuerdo firmado por los partidos del Gobierno con EH Bildu como si se tratase de la toma de la Bastilla en la Revolución francesa.
Pues no señor, salvo el interés que tienen las fuerzas conservadoras económicas, políticas, mediáticas en derribar al Gobierno y si no es posible que no aplique sus propios compromisos, la derogación de la reforma laboral de 2012 del PP está firmado en diciembre de 2019 por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.
Lo mismo que la eliminación de los copagos, el blindaje de la sanidad pública, mejorar las condiciones del personal sanitario, rebajar las listas de la dependencia al 75%, acreditación de las residencias de mayores, garantizar la sostenibilidad del S. P. de pensiones y actualizarlas según el IPC, incrementar las mínimas y no contributivas, reducir la brecha de género y revisar las de viudedad, eliminar el factor de sostenibilidad, subir el IPREM, etc., etc.
O séase que no se está sacando ningún conejo de la chistera, sino recordando que existen acuerdos firmados que deben cumplirse, porque además con esta maldita pandemia se ha comprobado que son muy necesarios para mejorar las condiciones de vida de millones de españoles –tan patriotas como el que más– y corregir los desaguisados que provocaron las políticas de austeridad y liquidación del Estado de bienestar del Gobierno anterior.
Otra cuestión es que ahora lo prioritario es quitarnos la amenaza del virus de encima, para normalizar la economía del país en el plazo más corto posible, pero sin obviar que se deben tomar medidas para no recaer en una falla sanitaria y social gravísima. Pues con desarrollar el programa de gobierno (hecho antes de la covid-19) se corrigen muchos males que aquejan a este país aunque no guste a los privilegiados de siempre.
Se me olvidaba; también recoge el acuerdo lucha contra el fraude fiscal y aumento progresivo de tributos para grandes corporaciones y las rentas personales por encima de 130.000 euros. ¿Acaso es esto lo que inquieta a determinados sectores que salen con la cacerola a protestar en la calle?
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