Cuore y finezza
Es la bellísima y apasionada Italia una potencia industrial europea, mediterránea, cisalpina y regionalizada. De procesiones y “madonnas”, con vistosa fiesta del Palio de Siena y magnates. Origen de una cocina de pizzas, macarrones, espaguetis y fideos. La moda italiana vende y el papal Vaticano es fe, museos y curia. Existen grandes colonias de emigrantes italianos en Estados Unidos, Gran Bretaña, Australia, Argentina y Brasil. La antigua historia de Italia, muy marcada por pueblos mediterráneos antiquísimos, como los sabinos, los ligures y los enigmáticos etruscos, recibió una inveterada impronta griega en el Sur, con sus templos magníficos. Procedían los antiguos latinos de la rama indoeuropea, se asentaron en el Lacio y fueron poseedores de una mentalidad práctica, lengua y tradiciones relevantes. Poco a poco, Roma desbancó a Atenas como colosal potencia del mundo antiguo, creando y conservando un imperio multiétnico, una civilización muy perdurable por siglos y siglos. Las invasiones de pueblos como los galos, los ostrogodos y los germánicos lombardos desmembraron la unidad romana. Los normandos crearían un estado en la árabe Sicilia. Fue muy característico el florecimiento de ciudades-estado como Milán, la gran Florencia, Pisa y Venecia. La existencia de repúblicas marítimas oligárquicas como Amalfi, Génova y Venecia es un hecho muy original. El Renacimiento italiano, humanista y universal, verdadera eclosión artística y cultural de polímatas, gestó figuras como Leonardo Da Vinci, Boticelli, Miguel Ángel y Rafael. Los Médici serán los grandes mecenas de Italia y Europa. Italia, en manos actualmente del duro populismo de derechas salviniano antiinmigración, tuvo influencias de muy diversos pueblos, siendo la presencia de españoles, franceses y austriacos una constante en el gobierno de la desunida península itálica, cuna también de papas guerreros, condotieros, sociedades donde priman la “omertà” y el campanilismo. El “Risorgimento”, Mazzini, Cavour y Garibaldi reunificarán Italia, nunca soldada del todo. Mussolini, con su sueño neoimperial, creará el fascismo, un movimiento irredento de excombatientes, ferozmente antimarxista y de encuadramiento patriótico totalitario. El Duce Benito y sus poses de fantoche. Beneficiada Italia por el Plan Marshall, el comunismo y la Democracia Cristiana rivalizarán en una democracia liberal avanzada, de múltiples partidismos y Mercado Común Europeo. El Trieste de Claudio Magris e Italo Svevo. La Roma de Fellini y Alberto Moravia. La Sicilia de Lampedusa y Sciascia. La banda sonora de Nino Rota y Morricone. Leonardo Da Vinci, Armani, Sophia Loren y Dom Bosco. Umberto Eco y Emma Bonino.
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