Me voy a bailar el baión
No sé ustedes, pero yo, siempre que veo al Presidente (“con el tumbao’ que tienen los guapos al caminar”, que diría Rubén Blades) entrar a la sala de prensa para dar su mitin semanal, me viene a la mente Silvana Mangano, la guapísima artista italiana que murió joven y popularizó aquel éxito tropical que, a buen seguro, recuerdan:
“Ya viene el Pedro zumbón / bailando alegre el baión / repica la zambomba / y llama a la mujer. / Tengo gana de bailar el nuevo compás, / dicen todos cuando me ven pasar: /
“¿Pedro, dónde vas?” / “¡Me voy a bailar, el baión!”.
En mi personal opinión, que es la mejor, y más acertada, que conozco, el “Presi” entró con ansias, a duras penas contenidas, de bailar el baión.
De hecho, hasta corre el rumor por los corrillos políticos de que, con el ánimo de levantar la alicaída moral de la tropa por no sé qué estragos de no sé qué virus (habladurías), va a decretar como obligatorio en todos los plenos ministeriales conocer y tararear este estimulante y salsero ritmo tropical.
En el próximo BOE: Ministro que no se mueva ni se contonee, cese inmediato.
El Presidente, como si viniera de un botellón masivo en la plaza de la Constitución de Galapagar, hizo una introducción eufórica y triunfalista: que si “luz a final del túnel”, que “lo más duro y difícil ha quedado atrás”, “a un paso de la victoria”, que “se ha reducido al máximo la difusión del virus”... para llegar, por fin, al clímax con cinco banderillas rojo y gualda, muy aplaudidas por los cosmopaletos hispanos.
¿Qué buena nueva nos trae el señor Sánchez? ¿Habrá desaparecido el covid? ¿Serán nocivas las mascarillas? ¿Ya no hay ERTE pendientes de pago? ¿Volvemos a la nueva normalidad? ¿Mutualiza Europa la deuda? ¿El mismo tostón de cada fin de semana? Un sinvivir, oiga.
Buenas noticias, sin embargo, mientras no diga Iglesias que son buenas noticias, claro. A saber:
1. Que, desde ya, no hará falta trabajar, pues todos los españoles podremos cobrar de 480 a 1.000 euros mensuales por tocarnos la barriga (yo quiero mi paguita, y que trabaje Rita).
2. Que el mes de julio España se va a llenar de turistas, nacionales y extranjeros (a pesar de Garzón).
3. Que algunas comunidades autónomas dejarán de estar en alarma (o alarmadas) “en los próximos días”.
4. Que el Gobierno da luz verde para que se vuelva a celebrar La Liga (me pierdo ante tanta euforia repentina).
5. Que habrá un luto oficial de diez días en España, el “más prolongado de la historia de la democracia” (también el más retrasado).
Objetivo cumplido. La bomba del pacto secreto de Sánchez con los apoderados de ETA para derogar la ley laboral, dejando fuera a los sindicatos, ministra de Economía, empresarios, ministra de Trabajo, Congreso de los Diputados y ciudadanía en general, deja de ser la comidilla de propios y extraños, a mayor gloria de este Gobierno sin par.
Fin. Dio las gracias al cámara, a un par de periodistas, y enfiló la puerta de salida.
-¿Pedro, dónde vas?
-Me voy a bailar, el baión.
Saludos cordiales.
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