Quien espera se desespera
En el mes de noviembre comenzaron las obras de supresión del paso a nivel de Xixún, en la AS-246, tras varios años de proyectos desechados y protestas vecinales.
Estas obras provocaron que los usuarios de la AS I que utilizaban la salida de Bendición para tomar la A64 comenzaran a utilizar los caminos vecinales con entrada en Venta de Soto, Nora y Xixún, a pesar de las señales de prohibido el paso y uso exclusivo para residentes, sin que nuestros cuerpos de seguridad hayan hecho nada por evitarlo.
No está de más decir que en la mayor parte de zonas de estos caminos no hay cabida para dos vehículos, por lo que hay que maniobrar, dar marcha atrás y tirarse a las cunetas. Venimos sufriendo desde entonces accidentes diarios, confrontaciones continuas y, lo que es peor, el olvido de todas las instituciones.
A fecha de hoy, los baches son infranqueables y en algunos casos cabe toda una rueda dentro de ellos. ¿Quién va a hacerse cargo de las reparaciones de nuestros vehículos? Por supuesto, sus propietarios; los mismos que han financiado las obras, los mismos que pagamos nuestros impuestos para que nuestros caminos sean transitables, los mismos que abonamos la viñeta al Ayuntamiento, los mismos que pagamos un seguro que no cubre los accidentes en nuestros caminos y que no tenemos vías alternativas por el simple hecho de vivir aquí. Los mismos indefensos de siempre.
Lo mejor de todo esto es que la obra está terminada desde hace varios días, al menos para poder abrir el paso a vehículos. Pero claro, ni siquiera los políticos saben ponerse de acuerdo en cuándo ni cómo hacer la «foto» que les permita inaugurar la obra. Eso sí, en ese momento estarán todos aquellos que hasta ahora han hecho caso omiso a nuestras protestas y, probablemente, una vez inaugurada la obra nuestros caminos sigan sin arreglar. Por cierto, los vecinos expropiados por la obra aún no saben cuándo ni cuánto van a cobrar. ¿Habrá dinero para ello o con esto de la crisis se acabará el presupuesto?
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