La talla del Gobierno
Cuando alguien inicia su parloteo verbal o escrito apoyándose en “su verdad” hay que ponerse en guardia y desconfiar, pues la verdad no es propiedad de nadie, y solo representa que lo que se dice o escribe coincide con los hechos que describe.
Cuando alguien se ocupa del ropaje que la sociedad utiliza para disfrazarse, pues nacemos desnudos y el ropaje solo es un disfraz, debe de andar muy fino para no equivocarse. Las tallas grandes se rellenan mal, se necesita mucho cuerpo, las medianas son más adaptables, pero no a todo el mundo le sientan bien, y las pequeñas se rellenan con poco.
Hoy nuestro peculiar Gobierno de extremísima izquierda, para no dejarme ganar con los adjetivos, en el que el cuarto partido de la Cámara ocupa cuatro ministerios y la segunda vicepresidencia, utiliza talla pequeña y con poco la rellena. El Gobierno sí da la talla, pero la pequeña y con esto es difícil sentirse orgulloso. Yo me definí públicamente con motivo de la restauración de la fachada de la iglesia de Sabugo, no hace mucho y en estas mismas páginas, como católico, cosa rara en Europa, pero entiendo que es muy difícil cumplir con todos los preceptos que recomienda la Iglesia, aunque lo procuro. Del que nunca me alejo como tampoco se aleja la Iglesia como institución es del de la solidaridad. Basta acercarse a las puertas de muchas iglesias y ver las colas de personas en busca de ayuda. Hagan lo mismo a las puertas de los sindicatos y verán que no hay nadie. A la sociedad en general le cuesta mucho más dinero los sindicatos que la Iglesia católica, pues con la aportación de los sindicados no alcanza ni para la luz de la escalera y aun así alguno de ellos se hizo millonario robando como Fernández Villa o el sevillano con los ERE que tenía dinero “pa asar una vaca”. Desde cualquier esquina que se hable de robo en política, hay que guardarse las espaldas. Todavía colea en Asturias lo del “Ministerín” de enseñanza. No me opongo al ingreso mínimo vital, quién soy yo para oponerme a nada, lo que afirmo es que el Gobierno debería interesarse más por enseñar a pescar que regalar pescado que no tiene y ya no tiene quien le preste. Quien se acostumbra a esto no irá a pescar en la vida. El ejemplo lo tenemos hoy con las cosechas pudriéndose por falta de mano de obra ya que los vecinos que lo solucionaban no pueden venir por el coronavirus. Mientras tanto pronto vamos a tener seis millones de españoles en casa viviendo de subvenciones que el Estado no tiene.
Desear que haya más Ortegas que Echeniques, perdón por irme por los extremos, no significa que se sea un triste sujeto al servicio de los poderosos y ricos, solo significa sentido común.
Independiente de la ideología que se tenga, cómo es posible alabar a un Gobierno que ya mentía antes de constituirse:
- Si tuviera a Podemos en el Gobierno, no dormiría.
- Con Podemos en el Gobierno en dos años España tendría cartillas de racionamiento.
- Nunca gobernaré con los votos de los independentistas.
- Nunca pactaré con Bildu.
- No son necesarias las mascarillas.
- Recientemente el doctor Simón explica que mintieron porque no las había.
- No solo no aciertan con las previsiones, se equivocan hasta con el pasado.
- Desaparecen los fallecidos por covid, cambiando los “paquetes” de sitio, la última vez dos mil.
- “Paquete” fue la expresión del doctor Simón para referirse a los grupos de fallecidos que archivan.
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