A vueltas con la Enseñanza Pública
Considero que la información tendría que ser imparcial siempre... Por supuesto, las opiniones son muy libres y también deben tener su sitio en un periódico: artículos de opinión, Cartas al Director..., pero los artículos de información, insisto, han ser imparciales y presentar los distintos aspectos que pueda tener un tema.
En la edición del 2 de junio de LNE se publicó un artículo firmado por M. G. Salas con el titular “El próximo curso será ‘catastrófico’, sobre todo en la pública, alertan las academias”, que, sinceramente, me pareció impresentable, por utilizar un adjetivo “suave”, hablando de un asunto tan importante como la Educación y el problema que se da con la situación debida al confinamiento desde únicamente el punto de vista de profesorado de academias, “expertos” que no se cortan a la hora de expresar sus opiniones atacando a la enseñanza pública. Con ese artículo, se da a entender que son los profesores particulares los que se preocupan por la formación del alumnado... son los profesores particulares los que se desviven por su alumnado hasta el punto de trabajar gratis... es la enseñanza privada y concertada donde se atiende al alumnado adecuadamente... Y en cuanto a la frase con la que se cierra el artículo, creo que se debería dar la oportunidad a quien hizo tal manifestación de explicar a la cara a un profesor de la Enseñanza Pública lo que da a entender con eso de que “el problema es que nadie quiere trabajar”...
El artículo, además, aparece en el momento en el que las familias han de decidir sobre la matriculación de cara al próximo curso... Tal hecho resulta, cuando menos, curioso...
A estas alturas del texto, creo que ya se habrán dado cuenta de una cosa... Soy profesora, jubilada desde septiembre de 2019, pero profesora... Fui profesora de Enseñanza Secundaria y Bachillerato durante casi 34 años, profesora en la Enseñanza Pública... y tengo que decir que ese artículo me ha molestado y, como a mí, a muchísimos compañeros y compañeras con los que llevo compartiendo trabajo, historias, preocupaciones, anécdotas, inquietudes, comentarios, incluso risas, muchos años, más aún si cabe, durante este confinamiento... profesionales que llevan tres meses delante del ordenador atendiendo a alumnado y familias, con reuniones en aulas virtuales con ellos, con juntas de equipos docentes, corrigiendo tareas incansablemente, creando actividades nuevas que resulten motivadoras, buscando soluciones para los que no tienen acceso a tecnología, animando a seguir adelante a los que tienen tentaciones de quedarse atrás, propiciando recuperación de contenidos de mil maneras, redactando informes, cumplimentando la infinita documentación requerida por la Administración... y todo eso lo hacen ampliando su horario de una manera brutal... porque la atención es tan personalizada y detallada que no se puede abarcar con un horario de “teletrabajo” de 8.30 a 14.30 horas... Todos están dedicando muchísimo más tiempo para que nadie se quede atrás, alterando sus rutinas anteriores a la crisis, incluyendo las derivadas de sus propias situaciones personales y familiares... Las instrucciones recibidas por parte de la Consejería son las mismas tanto para profesorado de centros públicos como concertados...
La Educación es algo más que dar clases particulares (clases a las que no todos tienen acceso, por cierto) y ayudar a hacer tareas de una manera mecánica y dirigida,... la Educación tiene como fin instruir, dotar de recursos al alumnado con el objetivo de que pueda optar a un futuro mejor... Y cuando digo alumnado, me refiero a chicos y chicas de ciudades, pueblos, aldeas, con solvencia económica, sin ella, de todos los estratos sociales... porque esa Educación (con mayúscula) debería ser para todos... y de todos... y esa Educación, con sus defectos, claro, pero con muchísimas más virtudes, la proporciona la Enseñanza Pública (con mayúsculas)...
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