¿Qué función tiene el arte en la sociedad?
¿Os habéis detenido alguna vez a pensar qué función tiene el arte en nuestra vida, al viajar o simplemente paseando por las calles de la propia ciudad? Yo, sinceramente, no (por lo menos, hasta hace poco). Probablemente, porque tengo la gran fortuna de vivir en un país lleno de arte, como Italia, donde a cada paso se encuentra tanto que ya ni se le presta atención.
Pensándolo mejor ahora, creo que, ante todo, hay que distinguir entre quien produce el arte y quien lo contempla, esto porque es importante entender la perspectiva desde la cual se cumple. De hecho, para los artistas puede ser una manera de expresarse, de manifestar una opinión sobre algo, de mostrar sus sentimientos u ofrecer una visión del mundo a través de sus propios ojos. En cambio, desde el punto de vista de los beneficiarios del arte, las funciones son -sin duda- la posibilidad de enriquecerse culturalmente, de informarse sobre acontecimientos ocurridos o simplemente de admirar la belleza tanto de obras del pasado como del presente. Además, hoy en día, con las nuevas tecnologías, los usuarios pueden admirar obras de arte de muchos museos del mundo telemáticamente, desde sus computadoras: es una agradable e instructiva manera de ocupar el tiempo libre.
Sin embargo, las visitas virtuales se organizan para ver -en la mayoría de los casos- las obras célebres del arte mundial, las que todos conocemos. Pero ¿qué pasa con las menos famosas o desconocidas, las que forman parte de nuestra vida de todos los días, como -por ejemplo- los murales y el arte callejero? Dichas obras no tienen un gran valor monetario y los artistas que las producen no son seguramente de renombre, pero embellecen igualmente nuestras calles y -lo que es aún más importante, según mi opinión- nos permiten sentirnos parte de un grupo, de una comunidad. Así que, para mí, la función más importante del arte en la sociedad es la capacidad de acercar a los individuos de una colectividad que -demasiadas veces- parece disgregarse.
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