Ceses, dimisiones de mandos de la Guardia Civil
Cuando se dimite, uno se va, no deja discursos rebuscando polémica intentando confrontación por decisiones personales.
Quien se queda, asume las responsabilidades claras y concisas que rigen en un Estado de derecho democrático, lo otro ya no tiene cabida en los tiempos actuales. Sabemos las contradicciones ideológicas de algunos mandos cuando el Gobierno es de izquierdas.
El Gobierno, en este caso el ministro del Interior, puede cesar, cambiar y elegir gente de confianza sin más explicaciones que esta potestad que le permiten su cargo y la Constitución española. Es absurda tanta polémica sobre el cese de ese coronel. El ministro Marlaska es un prestigioso magistrado siempre al servicio de la ley, hijo de policía para mas aplomo en respetar sus decisiones. Claro que se pueden debatir, pero lo que queda un poco sucio es ese corporativismo irresponsable en un cuerpo de tanto prestigio, tan respetado por todos, donde algunos dimiten y se van dejando caer que es por no estar de acuerdo con las formas e irregularidades en el cese del coronel De los Cobos. Lo que no dicen es que todos ellos no se van al paro como millones de españoles, sus espaldas económicas están cubiertas por la edad y años de servicio.
Da que pensar que no han respondido, criticado y dimitido del mismo modo cuando el anterior Gobierno del PP con un ministro del Interior que creó una especie de Policía política al servicio de intereses de las cloacas del Estado, donde se informaba y espiaba a rivales políticos y partidos no afines. Muchos de esos informes puede que hasta falseados. Está siendo investigado todo, pero ustedes por aquello no dijeron nada. ¿Recuerdan a un tal Villarejo metido de lleno en las entrañas de ese Ministerio?
¿Por qué ahora ese enfado y por aquella todos ustedes se mantuvieron callados con tanta guarrera antidemocrática?
Al coronel De los Cobos ya debieron cesarlo al día siguiente del 1 octubre de 2017 cuando siendo responsable y coordinador para impedir aquel referéndum ilegal en Cataluña logró lo imposible, dar bazas, empuje, a los independentistas con un nefasto planteamiento, donde se vieron discordias y hasta enfrentamientos entre las policías que él debiera coordinar. Luego fue incapaz de salir de aquel bucle de disparate policial que como buenos profesionales intentaron cumplir órdenes sin la más mínima posibilidad de salir bien de aquella encerrona.
La Guardia Civil posiblemente sea el colectivo más valorado y que más confianza da a los españoles, solo manchado algunas veces por algunos mandos que son incapaces de asumir la democracia en toda su extensión. Solo espero que no sigan con ese jueguecito ideológico un poco fuera de nuestro sistema democrático. Cada cual tiene su encargo en la profesión que elige libremente, aquí nada de héroes, pero sí es cierto que Policía, Guardia Civil y sanitarios son los cimientos y el pilar básico para la salud de nuestro Estado de derecho y de bienestar.
Un abrazo a esos tres colectivos, no son héroes, pero sí necesarios y hasta ahora cumplen a la perfección con lo que esperamos de ustedes. Un saludo.
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