¿Tan difícil es contar con exactitud los muertos de cada día?
Con el cambio de criterio en el recuento de contagios y muertes por el covid-19, se está creando una especie de cortina de humo que asombra a cualquier persona que sepa sumar con los dedos.
No es posible tanta imprecisión, al menos en lo que respecta al número de fallecidos, solo es cuestión de órdenes concisas y precisas a cada municipio, este a su comunidad y estas al coordinador nacional, cada día y a las mismas horas, que abarque un día completo anterior. Si con datos tan sencillos se arman este laberinto inconexo entre los datos que ustedes dan y los que al parecer luego algunas comunidades dicen tener, ¿qué podemos esperar a la hora de cuadrar las cuentas de nuestra economía donde las fórmulas tienen que ser un poco más complejas? ¡Dios nos coja confesados!
No es posible que salga el coordinador y máximo responsable de esta crisis a decir que no ha existido ningún muerto por coronavirus en España e inmediatamente varias comunidades salgan diciendo que ellas han tenido varias muertes cada una de ellas.
Que pueda existir alguna discrepancia por la hora en que se produzcan y que no diera tiempo, se aclaran, suman y explican para el día siguiente. Pero he de reconocer que, desde el cambio de criterio último, se me hace eterno e imposible de casar ese baile de cifras y las explicaciones inarticuladas de buenazo del epidemiólogo don Simón.
Qué decir de otro dato que debiera ser irrefutable, la diferencia entre la media de muertes de años anteriores por estas mismas fechas y las actuales; la diferencia entre las muertes de esos meses de marzo, abril y mayo de años anteriores y las de este año es sin ninguna duda las muertes causadas directa o indirectamente por el covid-19. No pueden darle tantas vueltas. Es cierto que algunas muertes serían producto de acudir tarde por otras patologías a urgencias por miedo a ir y contagiarse, donde podríamos aplicar aquello de peor la enfermedad propia que el miedo a padecer otra. También con toda seguridad que, a pesar de acudir y llamar, esos enfermos de otras patologías no fueran atendidos con la celeridad necesaria porque estaban desbordados los centros de salud, hospitales y las UCI. Salvo estos casos y siempre relacionados con el virus por un temor comprensible y un atasco que cogió a todos en pelotas, esa resta debiera ser el dato más fiable de muertes por coronavirus (directos la mayoría, más una pequeña parte por culpa del mismo), el resto es engañarnos a nosotros mismos.
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