Las autonomías, un camino difícil
Nuestra Constitución ampara con amplitud la existencia de las comunidades autónomas. Su Título VIII contiene una organización territorial del Estado que Vox, como partido enraizado en los principios constitucionales, respeta profundamente. No puede ser de otro modo. Pero precisamente por el respeto que tiene a nuestra norma suprema, Vox nace con vocación de desvelo por España. Y es desde esta premisa desde la que desarrolla sus planes, sus medidas y todo lo que se traduce en su razón de ser, pero Vox sabe que la claridad de sus planteamientos es una fuente de polémica constante en el entorno político nacional, un escenario enrarecido, cuando no claramente intoxicado por intereses partidistas casi siempre alejados de las necesidades de España por mucho que se justifiquen en la búsqueda del bien de la nación.
Hoy se hacen inaplazables propuestas que refresquen este ambiente turbio, y Vox, en el ejercicio de su derecho como partido avalado por las urnas, propone entre sus medidas una especialmente crítica, el replanteamiento de la distribución territorial de España, lo que podría traducirse en la modificación o incluso la desaparición de las autonomías. Una iniciativa que solo puede ver la luz al amparo de la ley, un ejercicio de libertad que surge como respuesta al dificilísimo momento que atraviesa la economía nacional. Vivimos una fase de recursos cada vez más insuficientes para alimentar las necesidades de las autonomías y urge aportar soluciones.
Nota: Para publicar en la semana del 15-19 de junio
Sumario: Una propuesta para la organización territorial del Estado
Destacado: Precisamente cuando los partidos reconocen que las autonomías se ahogan, ahora es el momento de denunciar una realidad territorial imposible de mantener
Precisamente ahora que se abre el debate para la revisión del modelo de financiación autonómico. Precisamente cuando se hacen evidentes las carencias del sistema. Precisamente cuando los partidos reconocen que las autonomías se ahogan, ahora es el momento de denunciar una realidad territorial imposible de mantener. El lesivo camino seguido por un Gobierno entregado a las autonomías separatistas que lo mantienen vivo y el triste papel desempeñado por los partidos cómplices que intentan disfrazarse de oposición, PP y Ciudadanos, han llevado a Vox a negarse a formar parte de sus pactos como respuesta.
Vox no apoya, no puede apoyar los intentos desesperados de los gobiernos autonómicos, como ocurre en Asturias, para que el Estado siga aportando lo que no tiene. Por eso Vox se opone a participar en esa carrera sin fin para conseguir más, denunciando las desigualdades que crecen entre los españoles, sin saber cuál será el lugar para los asturianos. Y lo peor para las comunidades autónomas es que el Gobierno socialista, como antes hizo el del PP, ya ha elegido que sus favores solo servirán para liquidar deudas políticas con las autonomías separatistas. Para el resto, solo las migajas de unos recursos menguantes, quizá mayores para los más afines al Gobierno Sánchez-Iglesias, haciendo crecer la insolidaridad territorial.
En este difícil momento los planteamientos de Vox pueden parecer transgresores, pero sin duda son los únicos que pueden evitarnos una larga travesía por el desierto. España los necesita.
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