¿Estará enfermo Sánchez?
A cualquier trabajador por cuenta ajena, el presidente del Gobierno lo es, se le hace un profundo y completo reconocimiento médico antes de su contratación. Claro que esto los que nunca han trabajado, como Sánchez, Ábalos, Lastra, no lo saben. ¿Ha pasado ese reconocimiento Sánchez hace dos años? Posteriormente se realiza a cada trabajador un reconocimiento de carácter anual. Sánchez tendría que haber pasado dos reconocimientos, ¿se los han hecho?
Algunas profesiones, algunas ocupaciones, son de alto riesgo y los reconocimientos son más frecuentes y más a fondo, por ejemplo a los pilotos de la aviación comercial. De muy alto riesgo se puede cualificar el empleo de presidente de Gobierno. Viene a ser quien "pilota" el país. ¿Se le hacen a Sánchez reconocimientos más frecuentes y más a fondo?
Planteo estas dudas porque tengo la impresión de que este hombre está enfermo. No puede ser que una persona sana, que una persona cabal, que una persona con raciocinio, haga lo que está haciendo y consienta que se haga lo que está haciendo su cortejo ministerial y partidista.
Si no está enfermo resulta ininteligible comprenderle. Mentiroso compulsivo es una enfermedad. La desmesurada ambición de poder y dominio también es una enfermedad. El odio, el desprecio, el acoso, la intolerancia, la manipulación es muy enfermizo. La sordera, el no querer escuchar a nadie más, solo a sí mismo y a los que piensan igual, es maligno. El "bajarse los pantalones" constantemente ante la patulea independentista para mantenerse en el poder es un vicio pernicioso.
"O estás conmigo o estás contra mí". Todos los días pide "unidad", "unidad", "unidad", para hacer lo que le da la gana y sin la menor crítica. Y si le critican les llaman fascistas, frentistas, extremistas, golpistas. Esto nos recuerda a "salvapatrias" de la Europa del siglo pasado, Franco (al que no deja de nombrar), Mussolini, Stalin, Hitler.
A veces parece que el Presidente está drogado, tal vez esté siguiendo un tratamiento médico que desconocemos. Cuidado con el contagio reversible de sus vices, sus ministros y sus aduladores.
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