Agradecimiento a la Residencia Nuestra Señora del Rosario de Oviedo
Cuando algo se hace bien es tan necesario como conveniente un sincero agradecimiento. Y cuando ese bien hacer tiene que ver con el cuidado de nuestros mayores, más aún. Nuestra madre, Leonor Llaneza, ingresó en la residencia ovetense de las Hermanitas en el Naranco en febrero de 2011.
En estos últimos años, su deterioro físico y cognitivo fue incrementándose poco a poco. Pero la atención, el cuidado y el cariño no mermó en ningún momento. Agradecemos a LA NUEVA ESPAÑA que nos brinde este espacio para poder agradecer públicamente a todas las hermanas, de forma especial a sor Manuela, sor Yolanda, sor Zulima, sor Maribel y sor Francisca su vocación. De ella se deriva ese cariño y esa dedicación sin límites ni horarios. Siempre os estaremos eternamente agradecidos. Gracias también a todo el personal que, día a día, demostráis un compromiso con los ancianos que va más allá de la mera dedicación profesional. Sois un ejemplo. Y gracias a todas las voluntarias que también dedicáis desinteresadamente buena parte de vuestras horas a cuidar de nuestros padres y abuelos. Si algo hemos percibido en todo este tiempo como rasgo característico de esta residencia es algo que le da un importante valor añadido: cariño.
Por tanto, ahora que nuestra madre se ha ido, nos reconforta pensar que, durante todo este tiempo, ha estado en “casa” y rodeada de una gran familia.
Muchas gracias a todos.
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