Una españolada de cine

Me acuerdo hace unos treinta años más o menos cuando en Cangas del Narcea teníamos dos cines. Dos cines y otras muchas cosas que también se fueron y se perdieron. Estaba el cine Toreno, en versión autentica y nuestro bien amado cine Trébol. Me acuerdo de aquellas tardes y de aquellas noches de invierno en que al abrigo de la oscuridad de la sala y entre aquellos palcos y aquellas cortinas del cine Toreno fuimos descubriendo lo que tenían las mujeres debajo de la ropa. Me acuerdo de las famosas películas clasificadas S que eran todo un acontecimiento. La verdad que el nombre técnico que les dábamos era: Película de putas. Pero bueno lo de clasificada S suena mejor. Aquel morbo que tenía esperar medio escondidos en la obra de enfrente del cine a que los mayores se sentaran, empezara la película y se apagaran las luces para que Calao, el portero, nos dejara entrar a verlas. Me imagino los nervios que sentirá un atracador cuando ve asomar el furgón del dinero por la esquina, debe de ser algo muy parecido a lo que sentía un neno de 14 años esperando a que lo dejaran pasar a ver cualquiera de esas películas, descarga pura de adrenalina. A parte de las películas S que eran lo que mas triunfaba la pregunta que nos hacíamos el fin de semana era ¿que echan en el cine hoy? Y había unas que no gustaban nada, eran las del cine español, las conocidas en tono despectivo como las españoladas. Eran esas películas que no nos ayudaban a soñar con ser guapos pistoleros a caballo ni heroicos soldados ni karatecas justicieros ni superhéroes voladores y que no tenían aquellas rubias nórdicas espectaculares enseñando lo que escondían aquellos sujetadores de la época. Yo creo que eran películas que no gustaban porque se acercaban bastante a la realidad, y la realidad suele ser aburrida, además ¿quién va al cine a ver realidades? Eran historias muy cotidianas y al cine se va a soñar, ¿o qué?

Hablando de sueños, porque soñar de neno no es malo, lo malo es soñar de mayor y si es un país entero el que sueña y vive de ilusiones eso ya es todo un peliculón. Teniendo en cuenta que los sueños acaban todos igual: Se acaba despertando. No acaban como las películas muriendo el malo-feo y el bueno-guapo llevándose a la rubia- guapa y perdiéndose a lo lejos acompañados por música de violines. En los sueños y en el que tuvimos en este país y del que estamos despertando no ocurre así. En esta españolada que estamos viendo y viviendo no hay buenos ni guapas, ni Pajares ni Estesos ni Landas ni Sacristanes. Hay un país hipotecado y empufado hasta las orejas, aletargado, adormilado, acomodado, aborregado, engañado y hasta ultrajado. Mal gobernado y muy difícil de gobernar que esa es otra. Estamos demasiado acostumbrados a hacer lo que nos da la gana y a vivir muy por encima de nuestras posibilidades a ver quien nos mete en vereda y nos hace aterrizar otra vez.

No se si Superman dando vueltas a la tierra y haciéndola girar al revés podrá arreglar esto, con Lois Lane en el cine Trébol funciono, soy testigo, yo lo vi. Consiguió resucitarla, pero aquí no se. Esta es una película con unos personajes malos y un director peor, del guión ya no hablemos y el final pues imagínense, toda una españolada, todo un clásico de la serie B. Vamos, para irse a mitad de película solo que en esta no se puede, hay que tragarla y rumiarla hasta el final.

Ahora que despertamos del sueño la culpa no es de nadie y es de todos a la vez.

Que no hay trabajo; la culpa de los inmigrantes, cuando vivíamos bien y en la abundancia, ficticia en muchos casos, no los mirábamos siquiera (por decirlo suavemente) cuando nos ponían el café en los bares o nos servían la comida en los restaurantes, limpiaban nuestras casas, atendían a nuestros mayores, nos desbrozaban el monte o asfaltaban nuestras carreteras. Porque claro, ese trabajo no era para nosotros, faltaría mas, somos españoles o lo que es lo mismo, fiesteros, siesteros y encima ricos. Ahora que están en el paro, cobrando lo que es legítimamente suyo, lo que cotizaron con su esfuerzo y su sudor entonces sobran. Ahora quitan el trabajo a nuestros hijos y se llevan el dinero a su país. Habrá que preguntarles a nuestros hijos si quieren asfaltar carreteras o desbrozar montes, la desbrozadora pesa y se de lo que hablo, lo se por experiencia

Que hay paro. La culpa es de los sindicatos, por supuesto; ¿para que están todos esos cobrando y liberados? Que hacen que no me traen a casa un contrato fijo si pudiera ser de funcionario con coche oficial y chofer ya puestos a pedir. Que no haya que ir a trabajar, solo cobrar eh que soy español. Míralos a que se dedican en vez de defender mis derechos (porque obligaciones y horarios me parece que no tengo ¿o si?) Se dedican a pasear banderas por las calles y por si fuera poco no hacen una huelga general y para colmo si la hacen igual hasta quieren que vayamos Parar y no ir a trabajar cojonudo, pero encima tener que ir a pasear banderas. ¿no bastan ellos? con lo que hay que hacer en casa ¿y si ponen futbol o hace un día de playa que?, hasta ahí podíamos llegar, perder un partido aunque sea del Real Guatemala-suroeste por una huelga general.. Que vayan ellos, que para eso cobran no se cuantisisisimos cientos de miles de millones de euros ¡o mas!

Las miles de hipotecas, de tarjetas de crédito de letras y préstamos que tenemos encima y que firmamos (y nos dieron a firmar metiéndonoslas por los ojos, que esa es otra) alegremente por y para darnos caprichitos, llevar ritmos de vida insostenibles comprar toda clase de muebles, trastos y cacharros más o menos prescindibles para llenar y hacer acojedores nuestros carísimos pisos. Todos esos recibos ahora están ahí, vienen todos los meses y son para un montón de años.

¿ Y quién tiene la culpa de todo esto que tenemos que pagar? Pues la tiene Zapatero, ¿quién si no?. Pobre hombre. Tenia que darnos unas subvenciones o unas ayudas o mejor mas créditos para pagarlas todas. ¡Ah!, y que sobrara algo para poder irse al Caribe un mes que ya están ahí las vacaciones, vaya gobierno que tenemos que no nos da nada. Tiran el dinero ayudando a unas pobres gentes del otro lado del mundo que lo único que les pasa es que no tienen para comer ni tienen una triste caja de aspirinas (y de paso se traen su petróleo claro... Que nadie da los duros a peseta...) Y no tienen para ayudarme a pagar a mi la letra del BMW, (mayor que el de mi vecino por supuesto) o no pueden obligar al director de mi banco a que me de mas dinero con la de cosas que tengo que comprar, las vacaciones etc. etc. Vaya gobierno que tenemos así no se puede seguir esto ni es socialismo ni es nada. ¿Qué fue de aquello de quitarles a los ricos para dárselo a los pobres?

Que país y que paisanaje. ¡Cómo somos!. La esperanza que queda es que a veces como por ejemplo cuando el salvaje atentado del 11-M o cuando el desastre del chapapote en esas ocasiones no es que demos la talla como pueblo y como país, es que la superamos y con creces. Nos olvidamos y no hacemos caso a la abundante manada de canallas, vividores y forajidos modernos que viven de dividirnos y vendernos sus remedios para los problemas que ellos mismos crean. Verdadero cáncer patrio que con sus interesadas mentiras, sus manipulaciones, sus intereses partidistas y el precio que nos cuestan están estrangulando este país y a sus gentes. Lo triste es que únicamente somos capaces de unirnos, hacer piña y olvidar nuestras diferencias y las famosas dos españas que nos venden a todas horas politicos y periodistas cuando hay desgracias. Viendo como respondemos ante estas dificiles situaciones estoy seguro que vamos a salir de esta y de muchas otras y también espero que a los sinvergüenzas, incompetentes e inútiles que nos llevaron a esta situación seamos capaces de agradecérselo como se lo merecen cuando llegue el momento en las urnas con nuestro voto

Bueno, pues con tanto hablar ya son las diez y media de la noche. La película y con ella el sueño se acaban. Se encienden las luces y el telón se va a cerrar en seguida. Esperemos que haya una segunda parte y que sea mejor que esta primera aunque ya se sabe, segundas partes nunca fueron buenas. Pero también hay que acordarse de que el espectáculo debe continuar. The End