El Oviedo-Pontevedra y la Delegación del Gobierno

Respecto a lo expuesto en dos cartas al director, sobre la estancia de seguidores del Pontevedra en Asturias y los incidentes habidos, al finalizar el partido entre el Oviedo y el Pontevedra, la Delegación del Gobierno de Asturias hace público el correspondiente informe policial, sin añadir al respecto nada más que debe desligarse la muy condenable actuación del reducido grupo exaltado y violento que participó en los hechos de la ejemplar afición oviedista, cuya conducta nada tiene que ver con la de dicho grupo.

Informe policial: «Ni la Delegación del Gobierno en Asturias ni el Cuerpo Nacional de Policía tuvieron ninguna responsabilidad, ni tomaron decisión alguna respecto a la elección de las localidades para alojarse o comer por parte de los seguidores del Pontevedra, como queda demostrado en el relato de los hechos que a continuación se hace:

»El día 21 se recibe comunicación del coordinador de acontecimientos deportivos del Pontevedra, en el que informa que está previsto que se desplacen al partido unas dos mil quinientas personas en autocares y vehículos particulares, y que han decidido ir a comer, parte en Candás, y el resto, en Gijón. Al tiempo, se pusieron en contacto con la Policía Local de Gijón para aparcar los autocares, y les asignaron la zona de El Molinón.

»Igualmente, se pusieron en contacto con la Policía Local de Oviedo para saber dónde podrían estacionar los autocares en Oviedo, durante el tiempo que permanecieran en la ciudad. La Policía Local hizo gestiones con la Universidad de Oviedo, asignándole la zona de aparcamiento en el campus del Cristo, en las inmediaciones de la Facultad de Química.

»Un directivo del Pontevedra se puso en contacto telefónico con la Policía Local para avisar de la salida de Gijón de los aficionados gallegos, siendo esperados a la entrada de Oviedo y escoltados hasta el campus del Cristo. Allí, una vez que descendieron de los autocares, se dirigieron a pie hasta el estadio, siendo protegidos por personal de las unidades de intervención.

»El equipo del Pontevedra igualmente avisó de su llegada, siendo escoltado desde la entrada de la ciudad hasta el estadio por efectivos policiales.

»Durante el partido no se produjeron incidentes.

»Finalizado el mismo, sobre las 20.45, un grupo de unos cuatrocientos aficionados del Real Oviedo se situó en la salida de la rampa del aparcamiento del estadio Carlos Tartiere bloqueando la salida de autobuses de ambos equipos, árbitros y directivos.

»Ante el estado de excitación que tenían estos aficionados se optó por la no intervención policial, dejando que expresaran su decepción y malestar mediante gritos y lanzamiento de algún que otro petardo, durante casi dos horas.

»Para evitar enfrentamientos, los aficionados del Pontevedra fueron retenidos en las gradas que ocupaban durante el partido.

»Sobre las 22.00 horas un grupo de jóvenes aficionados del Real Oviedo apedreó los autocares que se encontraban aparcados desde las 17.00 horas en la C/ Valentín Andrés, con el resultado de varias lunas fracturadas. En dicho lugar se encontraban un vigilante de seguridad de la Universidad y una patrulla de la Policía Local de Oviedo, cuya adecuada intervención evitó mayores daños.

»Sobre las 22.50 horas, ante la inminencia de la salida de los jugadores, los ánimos se fueron exaltando y un grupo pequeño bajó a la rampa e intentó derribar las puertas. Por ello, varias dotaciones policiales, a pie, comenzaron a desalojar a todos los que estaban por los alrededores indicándoles que se alejaran del lugar, porque tal vez iba a ser preciso el uso de la fuerza.

»Desde el interior del aparcamiento, un grupo policial abrió las puertas y desalojó a los que intentaban derribar los portones de acceso al aparcamiento. Igualmente procedieron, mediante el lanzamiento de material antidisturbios, a desalojar, de una forma proporcionada, a los que impedían en la rampa la salida de vehículos, siendo dispersados en breves minutos, y refugiándose en los jardines de las inmediaciones, donde comenzaron a arrancar papeleras, bancos, y a lanzar piedras, botellas y otros objetos contra la fuerza policial.

»Una vez que la situación quedó normalizada, se procedió a escoltar a los autobuses del Pontevedra hasta el aparcamiento del estadio Carlos Tartiere, donde se subieron los aficionados, siendo protegidos hasta que abandonaron la ciudad. Todos los autocares pudieron emprender la marcha, dado que las lunas eran dobles y sólo se fracturó la exterior, permitiendo realizar el viaje de retorno en condiciones de seguridad. Previamente habían salido los autocares de jugadores, directivos, familiares e invitados.

»De los incidentes se instruyeron diligencias en la oficina de denuncias, que fueron remitidas al Juzgado de guardia».

Marcelino Vázquez Álvarez

Jefe de prensa

Delegación del Gobierno en Asturias, Oviedo