Sin la AS-36, en la parroquia de La Montaña, solo sobrevivirán los aerogeneradores
“20 minutos pueden salvar una vida”, rezaba la pancarta de los trevienses reivindicando la reapertura de las urgencias en su centro de salud. Imagínense, entonces, lo que supondrán 45 minutos. Ese es el tiempo necesario para recorrer los 26 kilómetros que separan, a través de la vieja AS-36, Luarca del Alto del Segredal, límite con el vecino concejo de Villayón. La velocidad promedio de este tramo no supera los 34 km/h, eso si no se encuentra con más vehículos y ha de efectuar las necesarias maniobras para poder cruzarse con ellos sin precipitarse ladera abajo.
La media hora que separa Belén de la Montaña de Luarca puede ser un tiempo incluso escaso y delicioso para disfrutar del paisaje de la montaña valdesana, el problema está en si este tiempo se ha de emplear en desplazarse al médico, al colegio o para tomar a la autovía A-8, por poner algún ejemplo.
En pocos meses, todas las cumbres que rodean la parroquia, desde el Estoupo hasta Panondres, se verán jalonadas por parques eólicos, cuyos aerogeneradores multiplican por seis la altura del campanario de la iglesia de Belén. Estos gigantes serán los únicos habitantes que permanezcan en esta parroquia si no se toma una decisión rápida y acertada con la carretera que vertebra esta zona del concejo, donde resisten unos pocos cientos de vecinos profundamente apegados a su tierra.
Se comprende mal cómo se pueden construir decenas de kilómetros de pistas de acceso a los nuevos parques eólicos con la anchura propia de una autopista pero que solo se utilicen para transportar los grandes molinos. Cuesta aceptar que desde las administraciones públicas no se planifiquen estos accesos de forma que puedan convertirse en vías de comunicación permanentes que vertebren estas tierras y den, al menos, una última oportunidad a los que sigan apostando por vivir en su tierra.
SUMARIO: La necesidad de reparar la carretera para evitar el éxodo de los vecinos que siguen apostando por vivir en su tierra
DESTACADO: Se comprende mal cómo se pueden construir decenas de kilómetros de pistas de acceso a los nuevos parques eólicos con la anchura propia de una autopista pero que solo se utilicen para transportar los grandes molinos
La Montaña va a soportar un impacto paisajístico brutal con la construcción de estos parques eólicos en beneficio de todos. Sin embargo, nosotros no le devolvemos ni una pequeña parte de lo que sus vecinos sacrifican, sea en forma de carretera digna o sea en forma de unos servicios públicos básicos más cerca de sus moradores. ¿Quién se va a beneficiar realmente de los réditos económicos que aportan estos parques? ¿Cuántos de estos ingresos se van a invertir verdaderamente en la parroquia a corto y medio plazo?
La Montaña es una zona con un valor ambiental y un potencial turístico enorme, ambos pendientes de descubrir y de los que pende su futuro. Valores que se suman a la actividad ganadera esencial en una tierra que difícilmente podrá pervivir sin una carretera mejorada que les acerque a Luarca y que acerque Luarca y el resto del mundo a la parroquia.
Hay una deuda histórica con esta parte del concejo valdesano y es hora de saldarla. Parece justo pedir que todos los vecinos de esta zona puedan llegar en un tiempo razonable a las urgencias del centro de salud de Luarca y no perder la vida por el camino.
Carlos López y Johana Santiago, concejales del PP en el Ayuntamiento de Valdés
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