Homenajes, monarquía e hipocresía
No hay duda, España entierra como nadie, espléndida en flores y reconocimientos después de muertos, pero el cuidado en vida deja mucho que desear. Es más, vean a los Reyes en primera fila, sin reparo alguno después de lo que vamos sabiendo del emérito, hay que tener agallas y cara para pedir reconocimiento por nadie y seguir parapetándose en la herencia del cargo cuando el campechano padre disfrutaba de una vida cargada de entresijos irregulares recibiendo, escondiendo, sacando, gastando y regalando miles de euros mientras el pueblo al que se debía las pasaba canutas.
¡Ahora homenajean y van de patriotas! Lo único que quiere saber el pueblo español es si los actuales Reyes sabían y recibían dinero de esos chanchullos y trapicheos que se traía el padre y suegro coleccionando queridas y regalándoles millones del dinero escondido del Fisco español. ¡Qué vidorra se pegaban mientras el pueblo pagaba impuestos y se veía y deseaba para subsistir cada día! Qué decir de tantos profesionales de la información que tapaban sus ojos para no relatar lo que hemos tenido que enterarnos por los medios extranjeros. ¡Qué país de pandereta! Todos son inocentes hasta que un juez lo diga, pero huele muy mal todo.
España debe dejarse de homenajes a muertos, “después de muertos la ceba al rabo”, flores y cuidados en vida, tener dignidad y nada de aforamientos, inmunidades e inviolabilidades. El anterior jefe del Estado no puede estar en boca de todos por un escándalo así, sus herederos deben explicaciones al pueblo español ¡ya! Dejen de esconderse y digan qué sabían, de qué se beneficiaron o no, qué hicieron por denunciar esas prácticas al más puro estilo mafioso. Y si es inocente, si ustedes no sabían, que todo quede aclarado, pero ¡déjense de silencios e ir por la vida como que aquí no pasa nada! El silencio es cómplice en estos casos. Creo que están cavando la tumba de la monarquía, el pueblo no puede tener tanta candidez encima y tragar todo cuanto escuchamos de su emérito.
Ahora sí, todos los medios retransmitiendo este paripé de homenaje, donde los Reyes y políticos participan de la hipocresía en todo su esplendor. ¡Esperemos que no! pero, de tener otro brote de coronavirus, volveremos a contar los ancianos muertos por miles, al mismo tiempo que aplaudiremos a unos y otros por no saber cuidarlos y protegerlos entre todos:
- Familia por abandonarlos en esas residencias tal cementerios vivientes y luego entrar en el juego de denuncias para sacar tajada con esos “seres no queridos” que ni acudían a visitarles con la frecuencia obligada.
- Empresarios que usan sin escrúpulos a los ancianos como negocio personal.
- Políticos en general que solo buscan desprestigio de los demás y sacar rentabilidad electoral con los ancianos.
- Sanitarios en general que se dejaron llevar por el agasajo de los balcones y la manipulación política; convirtiéndolos y algunos sintiéndose héroes contando muertos, ingresados y recuperados. Cuando la realidad es que son unos profesionales necesarios que solo cumplían con su responsabilidad y profesionalidad como siempre hacen con esa entrega sin límite. Pagaron y cumplieron hasta con sus propias vidas y mucho esfuerzo, mientras esos políticos les usaban y les dejaban desprotegidos ante avalanchas de contagiados. Para otra, no se dejen manipular, los aplausos solo valen para subir egos y restar importancia a su labor. Héroe es aquel que, sin tener obligaciones, realiza actos desprendidamente por los demás con un valor inusitado. Ustedes debieran saberlo, ser conscientes de que su heroicidad no tenía más recorrido que el miedo de los demás, todos se sentían amenazados por la muerte, por un enemigo minúsculo que les acobardó y esperaban que ustedes lograran salvarlos con su preparación. Cuando hay un incendio, acuden los bomberos; cuando hay un accidente en una mina, los mineros corren ese riesgo; cuando viene un virus, ustedes son los adecuados, pero sin heroicidades, más cuando por el medio contábamos los muertos a miles.
- Gobierno por no tomar medidas inmediatas de hacer de la vida de nuestros mayores un reconocimiento real en vida y darles residencias en condiciones bien atendidas, no permitir negocio con su cuidado. ¡Seremos memos, todos llegaremos allí!
Dejen de aplausos y homenajes a muertos que no supimos entre todos cuidar en vida. El único homenaje es hacer todo y más, para que no vuelva a suceder. Pero no, vieron alguna medida de estos ineptos políticos respecto a inversiones en residencias de mayores, vieron potenciar la sanidad... ¡Claro que no!
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