Una exclusión inaceptable
Asturias tiene un patrimonio natural, histórico, cultural y gastronómico de primerísimo orden. Sin ir más lejos, al compartir muchos de estos apacibles días que llevamos de julio -dentro de esta “nueva normalidad”- con amigos que no son de aquí o con familia que lleva tiempo sin recalar por el Paraíso, compruebo su admiración al contemplar nuestra agreste orografía, la belleza de sus playas y montañas, los hitos de nuestra historia, la magia del escanciado de una sidra compañera de un sinfín de delicias culinarias…
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Sumario: El Principado, al margen de la promoción del Camino de Santiago en la Vía de la Plata
Destacado: ¿Dónde estaban nuestros políticos a la hora de defender la posición de Asturias en un tema tan evidente y necesario para el despegue de nuestra autonomía?
Uno de estos hitos se remonta al siglo IX y tiene que ver con el primer trazado del Camino de Santiago, el que hizo Alfonso II el Casto en su marcha de Oviedo, entonces corte del reino, hacia el “Campus Stellae” a visitar la tumba recién descubierta del apóstol. Tras él, miles y miles de peregrinos de todo el orbe se han dirigido por esta y otras rutas a Santiago, y muchos de ellos, aun viniendo por el Camino Francés, se dirigían desde León a Oviedo para visitar la catedral del Salvador, siguiendo el conocido dicho, ya en aquel entonces, de que “quien va a Santiago y no al Salvador visita al vasallo y no al Señor”; porque, además, la catedral ovetense guardaba, ya por aquella época, el Santo Sudario y otras reliquias y tesoros que constituyen uno de los conjuntos más venerados de la España cristiana desde el siglo IX.
Sin embargo, el 23 de este mes, LA NUEVA ESPAÑA publicaba en titulares: “El Principado, excluido de la promoción del Camino de Santiago en la Vía de la Plata”, esa calzada romana que atravesaba Hispania de Sur a Norte cuyo trazado hizo posible, dos milenos después, la carretera de Gijón al Puerto de Sevilla. Curiosamente, al día siguiente, este mismo medio refleja la sorpresa y el malestar del Gobierno regional por quedarse al margen de esta iniciativa y la indiferencia de las asociaciones asturianas del Camino quitando importancia al hecho, por ser la Ruta de la Plata un “invento moderno”.
He de confesar que, al ver que Asturias brillaba por su ausencia en este proyecto, sentí pena. Y un día más tarde, al comprobar la sorpresa del Gobierno de Principado en su portavoz, Melania Álvarez, sentí indignación. ¿Dónde estaban nuestros políticos a la hora de defender la posición de Asturias en un tema tan evidente y necesario para el despegue de nuestra autonomía? ¿Dónde está el alcance de sus miras, la efectividad de su capacidad de gestión y diálogo? Tampoco es de recibo que las asociaciones asturianas del Camino de Santiago no den relevancia a este hecho. Todo suma. Oviedo llegó a ser el centro de peregrinaciones del Camino en la Edad Media. Nuestros predecesores, sin apenas medios, se dejaron la piel en el intento. Es preciso un esfuerzo de todos para que Asturias recupere el protagonismo que tuvo siglos atrás y vuelva a ser centro de las peregrinaciones a Santiago de Compostela, impulsando a la par el turismo, la economía, las tradiciones… ¡Espabilemos! Hay mucho en juego.
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