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Pierden los sindicatos, ¿ganan los trabajadores?

12 de Junio del 2010 - Fernando Sánchez Suárez (Oviedo)

La primera consideración a la huelga del 8 de junio en el sector público la merecen las cifras. Por un lado, las que da la Administración considerando que no secundan la huelga las personas que están cubriendo servicios mínimos, aquellos que han solicitado permiso, los que están de baja o incluso las plazas vacantes. Existen casos como sanidad, fuerzas del orden, prisiones, etcétera, que tienen la consideración de esenciales a los que se aplican unos servicios mínimos en torno 80 o 90% e incluso de más del 100%, por extraño que ello parezca (en el centro penitenciario de Villabona alguno de los servicios se les aplicaron unos servicios mínimos por encima de las cifras en un día normal). En otros como el Servicio Público de Empleo, mientras que a los trabajadores destinados en la Dirección Provincial, que no atienden al público, se les aplica un porcentaje de servicios mínimos del 5%, a los destinados en Oficinas de Empleo se les imponen del 50%, con lo que no se percibe en su medida el impacto de la huelga.

Para los sindicatos, en cambio, el personal designado como servicios mínimos cuenta como huelguista dado que se le impide ejercer su derecho.

Si realmente se contase al personal que sigue la huelga, las cifras estarían en torno a la media.

Dicho lo anterior la prensa y la opinión pública e incluso, lo que es más extraño, muchos empleados públicos hablan con alborozo de que pierden los sindicatos, ¡ganan los trabajadores!

Hagamos un repasito por los titulares de prensa: fracaso estrepitoso de la huelga, un paro que no alteró la rutina habitual, los funcionarios ignoran el primer pulso de los sindicatos al Gobierno, el fracaso facilita la reforma de Zapatero, ensayo fallido, la huelga de funcionarios fracasa y da aire a Zapatero, huelga de mínimos, escaso seguimiento en el ensayo de la huelga general, etcétera. Si nos paramos a repasar los artículos que los acompañan se llega fácilmente a la conclusión de que los que pierden por goleada son los sindicatos, ¡ganamos los trabajadores! Si lo que hacemos es armarnos de valor y leemos los comentarios en los foros de internet, para qué hablar. La unánime crítica y condena a los sindicatos y las personas que los conforman sólo es superada por la que se hace a la SGAE. Pierden los sindicatos, ¡ganan los trabajadores! La perla, la frase de la jornada, es la del señor Díaz Ferrán «inoportuna, innecesaria e injusta» y reiteró que España «no está para huelgas». No contento, terminó con «tuvieron subidas salariales (los empleados públicos) muy importantes en 2009, que no se tenían que haber hecho en su momento». Demencial, me deja sin argumentos, señor Ferrán, ¡qué cuajo! Pierden los sindicatos, ¡ganan los trabajadores!

Frente a la máxima de mercados, banca, multinacionales si no gano cada vez más, pierdo está la resignación de los trabajadores si no pierdo más, gano. Perdieron los sindicatos ergo ¡ganamos los trabajadores! La línea del beneficio del capital y la del trabajo se separan cada vez más y nos abocan a una creciente exclusión social.

No vienen por nosotros, ya están aquí. Esto no ha hecho más que empezar. Con respeto a todas las opiniones y reconociendo que hay que realizar una profunda autocrítica en los sindicatos y que tienen una cuota de responsabilidad, un peldaño por encima de la de los propios trabajadores, creo que si pierden los sindicatos, ¿ganan los trabajadores?. Hagamos una profunda reflexión. ¿En qué lado estamos? Quizás esté perdido y mi tiempo corresponda a otro siglo donde sabían distinguir trabajador de patrón.

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