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¿No habrá manera de detener el exterminio social en Colombia?

15 de Agosto del 2020 - Javier Arjona (Siero)

Las cifras dan escalofríos. Todos los informes, sea de ambientalistas, sea de negritudes, de la campesinada, del movimiento indígena, sindicalistas, y en particular quienes ostentan responsabilidad en las juntas de acción comunal-JAC... están por las nubes, y sin embargo... ni siquiera deja el gobierno colombiano llegar a hacer su tarea de verificación a los Relatores de NN UU.

Y de cuando en vez la cosa se empeora. Motivos haylos: el Gobierno da vía libre a la guerra sucia, negando la paz, desbaratando los Acuerdos para la Paz, dando cobertura con impunidad a los crímenes.

Por ejemplo, ahorita: ¿cuántos menores y negros han sido asesinados esta semana, con fuerte componente racista?

Cinco (de 12 a 15 años) lo fueron (degollados) en un cañaveral en Cali. Y cuando estaban velándolos lanzaron una granada que dejó 15 heridos más en el velorio.

Y pocas semanas atrás había sido escándalo (que nuevos escándalos han logrado tapar) el secuestro y violación par parte de militares de una niña indígena embera en Risaralda, de otra niña indígena nukak makú en el Guaviare, y de paso se conocía la existencia de 118 casos de violaciones por militares.

Y el miércoles aparecía degollada Andreína Gómez en Caucasia, municipio de la Uribe: ella era hija de una pareja guerrillera en proceso de reincorporación, o sea, firmantes de la paz.

El Proceso de Comunidades Negras en Colombia informó que Patrocinio Bonilla, líder afrocolombiano en el Alto Baudó, Chocó, fue asesinado este martes 11 de agosto en la quebrada Emparaidá, en la comunidad Santa Rita, municipio de Alto Baudó, Chocó. La organización explicó que “paramilitares de la zona retuvieron a Bonilla, junto a otras 15 personas, y posteriormente lo asesinaron”.

Patrocinio hacía parte también del CNA, una de las organizaciones que dan apoyo al PAV-DD HH.

El periodista o comunicador de la radio indígena de Corinto Abelardo Liz Cuetia fue asesinado por el ejército. Junto a él también resulto asesinado con bala militar Johan Rivera, ambos del pueblo nasa.

Antes, Cristian y Maicol, de 12 y 17 años, iban camino del colegio, en Santa Lucía, Nariño, cuando paramilitares los asesinaron. ¿Para divertirse? Su organización también denuncia la desaparición de otros dos jóvenes. ¿Se negaron Maicol y Cristian a ser reclutados forzadamente como instrumentos de la guerra sucia?

Uno de esos capos mafiosos y paramilitares es Mancuso. Uno de los que pactaban con Uribe su desmovilización.

Salvatore Mancuso fue condenado por más de 1.500 crímenes sobre los que no ha cumplido pena en Colombia, sin contar que se le atribuyen alrededor de 75.000 actos criminales asociados a su comandancia. Las víctimas rechazaron “la inacción del Estado colombiano que ha permitido un escenario de impunidad que se agravará con la posible deportación de Mancuso a Italia el próximo 26 de agosto”.

Desde el 27 de marzo de este año, Mancuso quedó en libertad tras cumplir su condena por narcotráfico en los Estados Unidos, y desde entonces el Estado colombiano ha sido “inoperante” en solicitar la extradición para su regreso al país para que cumpla las sentencias que tiene en firme por crímenes como masacres, desaparición forzada, homicidios, entre otros; pero, sobre todas las cosas, para que con su testimonio aporte verdad para la reparación integral de las víctimas.

Solamente de liderazgo social (que no cobija a los menores citados asesinados) Indepaz reporta solamente en este año 184 asesinatos (sin colocar todavía el del comunicador nasa Abelardo). Le añade 8 familiares, y 36 excombatientes que firmaron la paz. http://www.indepaz.org.co/paz-al-liderazgo-social/

¿Cómo detener esa sangría continuada?

No hay motivos para el optimismo en tanto no se produzcan mayores exigencias de la llamada comunidad internacional, o de quienes amparan al actual Gobierno con rasgos genocidas.

En tanto no se haga exigencia concreta de respeto a los derechos elementales, a honrar el Acuerdo de Paz del que Europa fue testigo y avalista y ahora resulta ¿engañada?

Mientras tanto... no queda otra que intentar acompañar a las organizaciones colombianas; las mismas que sufren la persecución y el exterminio. Y procurar que pequeños espacios de protección no sean minimizados.

Uno de ellos es el programa asturiano de DD HH (PAV-DDHH) que cumple 20 años y que realizará una jornada (Gobierno asturiano y Alcaldía de Xixón mediante), el próximo 12 de septiembre en el CCAI.

Un programa que permite la acogida siquiera sea temporal de cinco personas (124 en 20 años), que este año han tenido que superar nuevas pruebas, nuevas vulnerabilidades derivadas de la pandemia, y han podido llegar a nuestra tierra en tres vuelos humanitarios distintos.

Dos de estas personas estarán el 20 de agosto en la librería la Vorágine de Cantabria: no se podrán desinteresar de la situación de detención el expresidente Uribe: fue en Cantabria donde hace tres años se otorgaba una medalla en la UIMP, justamente cuando se estaba firmando la paz y Uribe estaba y está cruelmente en contra de la paz, por ser uno de los máximos beneficiarios de la guerra. Hasta el presidente Revilla hubo de señalar la “opción guerrerista” de la UIMP, que no retiró la medalla, pero no se atrevió a hacer la entrega pomposa y oficial que había anunciado.

Las cinco personas del PAV serán recibidas el 26 de agosto por la conseyera de Presidencia.

De las cinco, casi todas tienen relación directa con las víctimas antes mencionadas: Particularmente la autoridad indígena, porque los recientes crímenes se cebaron en comuneros de su mismo pueblo nasa (y que el año anterior también tenía en el programa asturiano a un comunicador radial, Abel Coicué). La dirigente campesina, el sindicalista, el activista social, el sociólogo ambientalista... porque les duele, aún en la distancia, esta impotencia evidente de no poder detener las masacres planificadas.

El “resquicio” de la detención de Uribe (y la de su abogado), dicen, http://www.pachakuti.org/spip.php?article1298 puede suponer una esperanza en que ahora sí el Gobierno y la justicia de España acompañen el esfuerzo colectivo que se hace contra la maldita impunidad en Colombia y procedan a investigar los rastros para sancionar las consecuencias del método mafioso que le aplican a su pueblo en las dos últimas décadas. #DuquePareElGenocidio

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