Monumento al Minero de La Colladiella
La Colladiella es un puerto de montaña que separa los concejos de Mieres y San Martín del Rey Aurelio. El pico que da nombre al paso es un cono perfecto, y la vista desde la cima es espectacular, podemos ver en su totalidad la formación en "V" del Valle de Turón hasta estrellar la vista contra la pared que conforma la sierra del Aramo al Oeste, si dirigimos la mirada hacia el Sur vemos las Ubiñas, y si volvemos la vista al Norte, la sierra de Peña Mayor.
Aparte del mencionado paso de montaña, por donde ya pasó en repetidas ocasiones la Vuelta Ciclista, discurre un tramo del Anillo Ciclista de la Montaña Central que se bifurca hacia Turón, Laviana y Aller. También está datado en las proximidades un túmulo funerario del Neolítico.
En la cima de esta espectacular atalaya se encuentra el Monumento al Minero (al que yo añadiría "el desconocido"), y debo decir que antes de que en una escombrera se construyera el MUMI, antes de que se aprovechara el pozo Sotón para hacer visitas guiadas, antes de que se abriera el Ecomuseo Minero Valle de Samuño, en el "Picu de La Colladiella", ya se levantaba el Monumento al Minero, y bajo sus pies ya se había horadado la montaña para que la gente pudiera visitar la recreación de una mina y el trabajo de un minero.
Ayer, en un paseo por las cercanías, decidí pasarme a ver de cerca el monumento, porque suelo pasar frecuentemente pero rara vez subo hasta la cima, y debo decir que si llego a saber lo que me esperaba no hubiera subido, porque actualmente contemplar esas dos figuras, icono para un valle curtido en carbón, escombros, sangre y sacrificios, es la muestra palpable del abandono y olvido que sufren las personas que aún viven en el entorno del valle de Turón y el cordal de Urbiés.
El estado del monumento, para cualquiera que haya vivido en la cuenca minera, genera una profunda tristeza, un dolor solo perceptible por quienes vivimos otros tiempos en este valle minero, porque somos conscientes del expolio y abandono al que se somete por parte de todas las administraciones a la gente que aún "sobrevive" en este valle.
La estatua de los mineros, era en palabras de su diseñador (Sabi del Viso): "Dos mineros estrechamente unidos y con la lámpara, el hacho y el martillo como atributos, que simbolizan la unión, la solidaridad, el auténtico bloque que forman los mineros ante la injusticia, la tragedia o la alegría, teniendo como centro guía la lámpara de mina".
Podéis ir a verlos, les robaron la lámpara, les arrancaron el martillo, los focos, las petacas, y por si los actos de vandalismo fueran poco, la corrosión está haciendo mella en su base, toda una metáfora. No sé a quién pertenece el monumento, pero según el Ayuntamiento de Mieres es de titularidad pública.
No quise detenerme mucho tiempo y cuando me marchaba y los contemplaba desde la distancia pensaba: ¿habrá monumento en Asturias más fácil de recuperar? ¿Te imaginas que esos dos mineros recuperaran su lustre y sus herramientas? ¿Te imaginas que a su propietario le diera por ponerle un par de luces led en sus focos, alimentados por placas solares, para hacerlo visible a kilómetros de distancia? ¿Te imaginas desbrozar el sendero que sube en forma de espiral hasta la cima?... Ya lo sé, me imagino demasiado, porque en estos casos se alían dos situaciones que impiden ver una solución a este abandono: la desidia de la Administración y la actuación de los amigos de lo ajeno y de los actos vandálicos.
Al día siguiente me hacía eco del abandono del monumento en una red social y un amigo me comentaba que ese monumento nació con mal fario, posiblemente la madrina elegida para la inauguración no era la idónea, pero sí quienes hoy tienen posibilidad de hacer algo por ellos, por esos dos mineros, por el orgullo de la gente minera de este valle, por quienes están y quienes ya se fueron; les pediría que hicieran lo posible por recuperarlo, y me dirijo al Ayuntamiento de Mieres, a la Asociación Santa Bárbara, a Hunosa y a todas las asociaciones vecinales que sientan que este monumento forma parte de su vida, de su historia, y si estoy equivocado y no sienten necesidad de dignificar ese símbolo del valle, déjenlo ir despareciendo entre maleza y corrosión, como ya se hizo con otros vestigios de la minería.
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