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La doble vara de medir

13 de Junio del 2010 - Rosa María Domínguez de Posada y Puertas

El currículo de Mercedes Fernández es impresionante, licenciada en Derecho y Ciencias Políticas y Sociales, entró en política en el año 1983 cuando ser política, mujer y del PP (entonces AP) era de una valentía enorme, más aún de lo que algunos se puedan imaginar. La intachable carrera de Mercedes Fernández en política como concejala en el Ayuntamiento de Gijón, como diputada nacional y como delegada del Gobierno en Asturias podría definirse como la de una mujer discreta, una política tranquila y sosegada, incansable e infatigable con los temas que trataba. El hecho de dedicarse a la política desde la juventud, y no es demagogia, hace que las mujeres nos dejemos muchas cosas personales por el camino, no vamos a enumerar cuáles, cada uno lo podrá interpretar a su manera. Ser política y mujer en el año 1983 era bastante más difícil que en 2010, pero seguramente igual de ilusionante, algo que Mercedes supo transmitir a todos los que la rodeaban. Después de estas mínimas pinceladas sobre la figura de Mercedes quiero comentar los sucesos de estos días en los que el responsable socialista, Sr. Lastra, ha salido a la prensa arrasando contra todo lo que encuentra a su alrededor, porque la ciudadana Mercedes Fernández firmó un manifiesto como ex diputada (que lo es) apoyando el regreso de Francisco Álvarez-Cascos, no pidió ni el voto para él, ni una medalla, sólo le pidió que regrese a Asturias, como tantos ciudadanos de izquierdas. Los nervios sobre el regreso de Francisco Álvarez-Cascos están tan a flor de piel en el PSOE que es nombrar a Francisco Álvarez-Cascos y saltan de las sillas como si les clavaran puñales, ellos sabrán por qué, el miedo es libre. Aunque claro, si alguien piensa que si don Francisco Álvarez-Cascos vuelve como candidato va a arrollar en votos (según las encuestas) y algunos se van a tener que ir para casa después de «taitantos» años de comer la sopa boba, eso genera inquietud en muchas filas y muy variadas, porque también nos hemos encontrado con nuestro ex compañero de partido, Juan Morales, ahora encabezando otro partido, hablando de acciones partidistas y partidarias en referencia a Mercedes. Juan, por Dios, «semos tos del mismo pueblu».

Volviendo al nerviosismo del señor Lastra, que atribuye «vulneración de la necesaria independencia política que debe regir quienes integran la Sindicatura de Cuentas» y cita el artículo 39 de la ley 3/2003 de 24 de marzo, que yo sepa esa ley no habla de amordazar a ciudadanas, no habla que ser Síndico de Cuentas obligue a anular el pasado de una persona. Mercedes ha sido diputada y como ex diputada firma un escrito, porque aunque es Síndica de Cuentas tiene derecho de opinión y de firma, al menos así lo manifiesta la Constitución española. Aunque el señor Lastra desearía que no tuviera derecho a nada como es su estilo, los derechos se los reserva para los suyos. Del Síndico don Avelino Viejo propuesto por el PSOE, no soy yo quien debe hablar, los hechos están ahí.

Pero como la vara de medir de este furibundo hombre socialista es distinta para los suyos que para Mercedes Fernández, vamos a recordarle a él y a todos los lectores que el mismo día que se ponía pálido de ira (difícil lo de pálido) a cuenta de la firma de Mercedes Fernández, su compañero o ex compañero Luis Martínez Noval, ex ministro de Trabajo y en la actualidad consejero del Tribunal de Cuentas, hecho que le impide ser militante socialista y por lo tanto se le exige imparcialidad, se reunía en una comida capitaneada por Felipe González y en la que participaron muchísimos cargos y ex altos cargos socialistas, donde se dijo, y así figura en prensa: «Los ex ministros asumen su retirada, pero están a disposición del PSOE». Luego Luis Martínez Noval sí estaba allí presente, que lo estaba, asumía estar a disposición del PSOE. Eso es lo que no debe ver Lastra con su vara de medir atrófica. Mercedes Fernández no ha incurrido en ninguna actuación contraria a la ley por firmar un documento, igual que no lo cometería Martínez Noval por ir a una comida, supongo… Pero es muy fácil intentar enfangar a alguien, mientras tú guardas tu ropa.

La honorabilidad de Mercedes Fernández como Síndica de Cuentas, como ex concejala, como ex diputada y como ex delegada del Gobierno está fuera de toda duda.

El ataque a Mercedes no es tal, ese ataque va dirigido a Álvarez-Cascos a través de ella, y los ciudadanos ya estamos hasta la peineta de que se nos tome por tontos, con el difama que algo queda para crear climas propicios, eso tiene un nombre muy feo, qué le vamos a hacer. Mercedes, que es una mujer muy inteligente, sabe que esto es un daño colateral, uno de esos daños que en las guerras les tocan a los más vulnerables sin tener ninguna culpa.

Me cuesta interpretar algunos silencios, pero es verdad que muchos silencios son la antesala de grandes verdades.

Desde mi admiración política, desde el cariño y la amistad que nos une, bravo por tu arrojo y por ser un ejemplo, para mí y para muchos, no dejándote amordazar y demostrando que tienes una de las cualidades para mí más valoradas: la fidelidad.

Rosa M.ª Domínguez de Posada y Puertas, alcaldesa de Peñamellera Alta

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