Carta abierta a la consejera de Educación
En relación con la creación de grupo covid o mixto en el CP Begoña de Gijón
Señora consejera:
Somos un grupo de padres del colegio público Begoña de Gijón que queremos hacerle llegar nuestro rechazo a la creación de un grupo mixto entre alumnos de quinto y sexto en nuestro colegio, con la consiguiente brecha educacional que margina a unos alumnos con respecto a sus compañeros, máxime en un año clave como es el de sexto de Educación Primaria en su paso previo al instituto, agravado por el hecho de que este año el último trimestre del curso pasado fue nulo en avance de contenidos.
Somos (¿eramos?) defensores de la educación pública, y por ello elegimos libremente dónde matricular a nuestros hijos. Pero esto supone, sinceramente, un mazazo para los que creíamos que efectivamente nuestros hijos recibían su formación en idénticas condiciones que todos los escolares asturianos.
Esta decisión resulta además cuestionable en un colegio que sí dispone de espacio físico para albergar un aula más, y donde además existe un servicio de comedor que permanece abierto, y donde los niños sí estarán en contacto con sus compañeros privilegiados de sexto del grupo no covid y en una situación de mayor riesgo que en el aula al quitarse sus mascarillas para comer.
Este hecho resulta, a nuestro modo de ver, más grave cuando la decisión arbitraria para elegir a los formadores de este grupo es la elección de una optativa, en este caso de Religión, un criterio sospechosamente ideológico. Según nos comunica el equipo directivo del centro, la elección de esta asignatura es una directriz no escrita de la Consejería. Si esto fue así, los padres no fuimos informados de esta circunstancia, de manera que pudiéramos elegir libremente si matricular a nuestros hijos o no en dicha optativa.
Teniendo en cuenta, además, que este grupo no es estanco, dado que hay alumnos que cursan Religión que sí permanecen en el grupo "tradicional", no entendemos esta segregación.
De ser inevitable esa decisión, creemos que lo más justo hubiera sido un sorteo entre todos los niños, de forma que tuvieran igualdad de oportunidades, ya que este solo se realizó entre los niños matriculados en Religión. No solo eso, sino que algunas niñas han pasado de manera directa, sin ningún tipo de sorteo, para cumplir no sabemos qué supuesta ratio no escrita en ningún sitio entre niños y niñas. Doblemente discriminadas por sus ideas religiosas y por su género. Sinceramente, es más de lo que podemos digerir de una Administración supuestamente progresista.
Espero que tenga a bien escuchar nuestra demanda y atenderla. ¡No a los grupos internivel!
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