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España, Europa, y la Roja; no lo logran.

30 de Junio del 2010 - Carlos Muñiz Cueto (Gijón)

Una Suiza feliz impidió que la Roja lo lograra. La percepción ambiental es que la necesaria gestalt triunfadora no se consiguió. Alguien me podrá decir que la Roja se mostró como un equipo muy superior a la suma de sus partes, pero la realidad era que, quienes tenían controlado, no ya el balón, sino el juego y el partido, eran los otros.

En el caso de Europa, ni tan siquiera se busca esa situación gestáltica triunfadora que nos permita percibirla como un todo superior a las partes. Han pasado muchos años desde el discurso de W. Churchill en la Universidad de Zúrich en 1946: Existe un remedio que, si fuese adoptado global y espontáneamente por la mayoría de los pueblos de los numerosos países, podría, como por un milagro, transformar por completo la situación, y hacer de toda Europa, o de la mayor parte de ella, tan libre y feliz como la Suiza de nuestros días. Ese remedio es el sueño de unos Estados Unidos de Europa. Un sueño que, sesenta y cuatro años después, aún continua durmiendo, pasándose la pelota de presidencia en presidencia sin ánimo de convertirse en una realidad: la realidad de una UE capaz de hablar con una sola voz. Pero nada de eso se ha logrado como debiera. Una Babel de voces acaba haciéndonos percibir Europa como una no-gestalt, como una suma de naciones que no llega a ser superior a sus partes. La auténtica gestalt de los ciudadanos: una sola voz, una sola nación, un solo pueblo; no llega. O la conseguimos, o soñamos una pesadilla. Porque ya empiezan a escasear las oportunidades.

¡Y qué decir de España! Con nuestra clásica percepción objetual de sus partes, olvidando la percepción holística del todo. España, que partía siendo la nación más antigua de Europa hablando una sola voz en español, está descompuesta en sus partes con el gasto nada simbólico de la traducción simultanea en su Senado. Todo porque somos incapaces de, tras la necesaria diferenciación, integrarnos en una gestalt para ser algo más que la suma de todos esos ciudadanos angustiados y oprimidos que somos ahora. No nos queda tiempo. Reforma de la Ley electoral ¡ya! (listas abiertas, e igualdad de voto y hasta fiscal). La libertad en el ciudadano: él decide (ninguna subvención más a empresas, cámaras de comercio, patronal y sindicatos..., y ¡fuera con los centros colaboradores! Si son necesarios cómprense, aprópiense de ellos, o hagan otros nuevos-). ¿El dinero de esas colaboraciones y pagos? Decide el ciudadano a quien darlo al comprar los servicios a empresas e instituciones privadas si así lo desea; luego se fijaría una cantidad deducible en IRPF por cada acción educativa o formativa, o por cada seguro sanitario, o por cada cuota sindical etc. que hubiese abonado por tales servicios de forma privada sin recurrir a servicios públicos. A partir de ahí, es cuando tiene sentido, ¡y mucho!, el defender unos servicios públicos eficaces y de calidad. Para completar esta libertad sería necesario un cierto grado más de igualdad: un ingreso ciudadano (IC) o renta básica universal (RB). ¿Qué tal empezar por 14 pagas al año de 50 por persona (estamos en crisis), a figurar como ingresos en la declaración de la renta y luego la misma cantidad se descontaría al resultado final de la misma? Con posterioridad se iría subiendo este salario a la vez que se reducen, o no, los salarios de la actividad laboral con el fin de buscar esa competitividad que se pretende mientras se suben los impuestos en el IRPF y el IVA. En definitiva: potenciar la libertad del individuo, y a la vez dar confianza y reducir angustia con la RB mientras se busca la productividad por otros medios. En este sentido se apostaría por: la automatización de los procesos, la educación, la conciliación de la jornada laboral y familiar, la natalidad, la permuta reduciendo jornada laboral por formación permanente y generando empleo en alternancia etc. Porque nadie puede estar parado, ni angustiado; el trabajo debe repartirse y el conocimiento y la riqueza también. Así seriamos una gestalt con liderazgos dinámicos, una gestalt flexible y adaptativa. Además, con la RB como modelo, en épocas como la actual en las que los países del euro no pueden devaluar su moneda, sí se podría actuar sobre esa RB reduciéndola para ganar en competitividad. ¿Por qué no empezar con el modelo? Si quieren bájenla a 10 , o, la tan traída rebaja salarial que dicen debe hacerse, háganla a cuenta del establecimiento del modelo de la RB a partir de la declaración de la renta del próximo año. Pero aplíquese el modelo y elimínense las colaboraciones del Estado a empresas o entidades privadas y, si son necesarias, hágalas la propia Administración.

Y es que la Roja, toda una ideología, ha perdido todo un partido histórico ante los felices poseedores de paraísos fiscales donde, los que pueden, guardan bien su poder.

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