12 de octubre democrático
Si nos fijamos en el mapa político de Europa en 1815, comprobaremos que en aquella época no existían más de ocho “estados-nación”, es decir, naciones con un Estado propio: ingleses, franceses, españoles, portugueses, neerlandeses, daneses y suecos. Alemania e Italia, con culturas propias, estaban formando sus respectivos estados soberanos. Es verdad innegable que España es uno de los estados más antiguos de Europa, y que no ha variado sus fronteras europeas en más de dos siglos, al contrario que la inmensa mayoría de países nuevos del Viejo Continente. Se insulta a España, se vitupera y reniega de “lo español”, que hoy, más que nada, significa libertades cívicas, una plena democracia, que ampara una diversidad de comunidades culturales. Lo bueno de España es su mosaico de culturas regionales y lugares únicos, esa originalidad podría ser una idea-fuerza, tratando de comprender que cada sitio tiene su encanto y debe primar la convivencia en civismo. Islandia se consideraba uno de los pocos países europeos homogéneos, hasta que recientemente se descubrió que, además de indudables genes vikingos, existía herencia celta irlandesa y de otros. Se avecina la fecha del 12 de octubre, día nacional de nuestro país, un país global que jamás habló de “colonias”, sino de territorios hispánicos con un régimen administrativo y de regulación castellano, una legislación teóricamente beneficiosa como las “Leyes de Indias”. España fue ciertamente una potencia católica que cayó en desgracia: imperó, rapiñó y explotó, pero trasplantó todo su ser, creando arte en monasterios y palacios, construyendo hospitales y fortalezas, dando gran armazón urbanístico, idiomático, cultural y civilizatorio a lo que serían las repúblicas hispanoamericanas. Rafael Altamira, historiador y jurista internacional, tan americanista como europeísta, catedrático de la Universidad de Oviedo en la época brillante de Álvarez-Buylla, González Posada, Sela y el propio Clarín, escribió una gran “Historia de España y de la civilización española”, apoyada en el institucionismo y el método positivista. Los 62 tomos de la “Historia de España” de Menéndez Pidal, dirigidos desde 1976 por Jover Zamora, son una aportación monumental a la cultura mundial con impronta española. En “España, sociedad, política y civilización (siglos XIX-XX)”, Jover Zamora, Guadalupe Gómez-Ferrer y Juan Pablo Fusi de nuevo vuelven a utilizar y normalizar el concepto de “Civilización española”. Las identidades autonómicas, entre ellas la de nuestra muy amada Asturias, son las de patrias chicas, entrañables y comunitarias, pero no se puede excluir el bagaje y vínculos comunes interregionales, casi en aras de una “pureza étnica” que nunca ha existido. El 12 de octubre, fiesta nacional de España, celebramos ciudadanía, historia e hitos, herencia común con sus luces y sombras, orgullo de una nación plural europea con raíces presentes en los cinco continentes. Una democracia y una historia social, integradora y con futuro.
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