Grosería intelectual
El presidente de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, don Jorge Marquínez, calificaba de «grosería intelectual» achacar las inundaciones pasadas al mal estado de los cauces fluviales y que la única culpable de lo sucedido fue la lluvia.
Si no hubiese llovido nada de esto hubiera ocurrido, señor Marquínez, ¡un diez por su intelecto! Por sus palabras, da la impresión que ustedes mantienen los cauces en perfecto estado de conservación. Me gustaría que me explicase qué entiende usted por un buen y un mal estado de conservación de un cauce fluvial. Señor Marquínez, ¿es un buen cauce el del río Barayo, que tiene que fluir por unas tuberías por debajo de la nacional 634? Pregúnteselo a las pobres gentes de El Bao. ¿Es un buen cauce el del río Piloña en su desembocadura? Desde las obras del parque es un canal de sólo veinte metros entre un muro y una escollera. Cómo va a poder evacuar todo el agua por ese embudo (si el Piloña ya tiene esa anchura en Infiesto), más cuando se encuentra con un Sella el triple de caudaloso y veloz, gracias a la escollera del parque, provocando un efecto tapón que origina que el agua busque otra salida. ¿Un buen cauce es la escollera de El Palomar en Bueño? ¿Y el machón de Trubia?¿Y las obras en el río Aller para hacer la carretera? ¿Es un buen cauce el de los ríos regulados por presas en los que ustedes no respetan si quiera el caudal ecológico?...
Toda la vida se limpiaron las riberas de los ríos y se sacó piedra, favoreciendo la profundidad del cauce y evitando actores no deseados. Ahora sólo se hacen escolleras y se rellena el río con el paso de las riadas, multiplicando la velocidad del agua de una forma brutal. Son ustedes los amos y señores de todos los ríos y los demás, a sufrir las consecuencias. He leído que van a actuar en las zonas desbordables para que no vuelva a suceder, ¿cómo lo van a hacer?, ¿poniendo otra escollera? Están convirtiendo nuestros ríos en canalizaciones sin control.
Señor Marquínez, la única «grosería intelectual» es su ignorancia acerca de lo que se trae entre manos. Cualquier anciano pescador de la ribera de esos ríos tiene mucho más conocimiento en ese tema que usted. Así que, por lo menos, no nos falte al respeto a miles de ciudadanos que sufrimos las consecuencias de sus maravillosos cauces.
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