Nadie quiere asumir responsabilidades por la inundación de Bueño
El 21 de junio, ante varios medios de comunicación, el presidente de CHC rechazó las críticas recibidas desde ciertos sectores rechazando tajantemente que esta entidad tuviese culpa alguna en las inundaciones del pasado día 16, insinuando además que las acusaciones sobre la falta de mantenimiento de cauces y el mal funcionamiento de los pantanos era una mera suposición.
Señor Marquínez, yo no tengo potestad para decirle a usted cómo funcionan o dejan de funcionar los pantanos que su organismo gestiona, porque desgraciadamente carezco de datos de referencia suficientes como para forjarme un criterio al respecto. Lo que sí puedo afirmar con conocimiento de causa es que los fondos de los ríos dejan muchísimo que desear en cuanto a mantenimiento. El caso concreto del Nalón en Ribera de Arriba, en todos los años que tengo, jamás he visto a nadie realizando una limpieza ni un dragado. ¿Cómo explica, si no, que los seis ojos del antiguo puente estén prácticamente cegados por una capa de sedimentos que en algunas zonas alcanza casi los cuatro metros de altura? Los materiales en los cauces de los ríos son fruto de la acción continuada de las aguas a lo largo de un extenso período de tiempo y si no se eliminan de manera periódica llegan a provocar desbordamientos e inundaciones como las del pasado día 16.
Por otro lado, usted se defiende justificando un gasto en limpieza de cauces, que en 2009 alcanzó los cinco millones de euros. ¿Podría decirme, señor Marquínez, cuántos se invirtieron en la zona comprendida entre la central de Soto de Ribera y el puente de Palomar? Ya le respondo yo, ni un solo euro, y no conformes con eso, aún se permiten el lujo de almacenar el material de las obras delante de los arcos del puente terminando de obstruir el poco espacio libre que quedaba para permitir el paso de las aguas en caso de crecida.
Desconozco la situación urbanística en las riberas del Eo o el Sella, lo que sí puedo decirle es que en las zonas aledañas al Nalón en Ribera de Arriba hay viviendas y edificaciones de diversos tipos fechadas hace más de doscientos años que siguen manteniéndose en pie. Si hasta el momento, incluso antes de ser construidas las escolleras, no habían sufrido inundaciones, ¿por qué se ven afectadas ahora por las crecidas? La respuesta es bien sencilla, por la ausencia de rigor en la gestión de las aguas, así como en la adjudicación, ejecución y control de las obras que su organismo lleva a cabo. Así que no se salga ahora por la tangente buscando declaración como zona no edificable de lugares que, hasta hace unos años, jamás se habían anegado. Eso es recurrir a la decisión más cómoda, no a la más eficaz.
¿Aún le parece fútil buscar una causa u otra para las inundaciones? porque a mí, después de todas estas razones, no me parece ninguna frivolidad encontrar a los responsables de lo sucedido, es más, puesto que las leyes son iguales para todos creo que es necesario que se llegue al fondo de la cuestión haciéndoles asumir las consecuencias penales dimanadas de su acción. No pretendan ahora sacudirse la culpa pasando la pelota al tejado de los ayuntamientos a toda prisa compeliéndoles a tomar medidas de urgencia que se han demostrado absurdas e innecesarias, como todo lo que llevan haciendo en los últimos años. ¿Por qué tanta premura en firmar convenios de colaboración con los consistorios? ¿Es una manera de cerrarles la boca y evitar que alguno de ellos interponga una querella criminal?
Creo sinceramente que los únicos que se engañan y miran para otro lado son ustedes y lo peor de todo es que pretenden hacernos comulgar a los ciudadanos con ruedas de molino. Si su labor les viene demasiado grande, tengan el valor y la dignidad de asumirlo y reconozcan que todo lo acontecido la pasada semana les ha desbordado. Si no están capacitados para llevar a cabo las tareas que les han sido encomendadas, déjenselas a otros. Por desgracia, las listas del paro están llenas de personas con una dotación intelectual y una preparación académica extraordinaria esperando una oportunidad para demostrar su valía. Sería una pena que el puesto que tanto merecen permanezca ocupado por individuos que han demostrado sobradamente su incompetencia.
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