Pónganse a trabajar en serio
El daño que se está haciendo a la democracia, la economía y la salud tanto física como mental de los españoles por parte de alguna clase política en estos difíciles momentos, con una pandemia amenazando la estabilidad del país, es inasumible. No tiene parangón con ninguna crisis anterior salvo con la dictadura franquista, donde primero fue la represión de los vencedores, luego el hambre y después la falta de libertades.
Este permanente discurso de negar la mayor en cuanto a las medidas necesarias para frenar el covid-19 a pesar de las recomendaciones científicas, sobre todo si afecta a una comunidad gobernada por un partido distinto al del Gobierno central, ocultando datos reales de los contagios y convirtiéndolo en una confrontación civil en los medios afines, es el mayor aliado para los "negacionistas" irresponsables y tertulianos sabelotodo que llevan a la población a estar harta, cansada y desafecta con las instituciones y sus representantes.
No se puede hacer oposición tras unas elecciones limpias a un Gobierno que, guste más o menos, es legítimo, desde la trinchera permanente con los cañones apuntando a cualquier iniciativa, medida o decreto que trata con mejor o peor acierto de sacar al país de una crisis de dimensiones desconocidas. De esta manera no se conquista el poder, como mucho se recibe una herencia envenenada con la sociedad fracturada, y los recursos familiares y del Estado en bancarrota.
Es necesario e imprescindible reconstruir el Estado del bienestar atendiendo las necesidades de los más perjudicados, potenciar la sanidad pública para hacer frente a esta y otras pandemias que lleguen, dejar de lado la confrontación partidista, pues la representación del pueblo y la responsabilidad de salvarlo están en el Parlamento al completo, sobre todo en los asuntos en que está en juego el presente y el futuro de la ciudadanía. Hagan una pausa hasta las próximas elecciones. No es momento para bromas ni milongas políticas, pónganse a trabajar en serio, que para eso cobran.
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