No hallo otra cosa que hacer
Escribir para entretener.
Me asomé por la ventana para experimentar la sensación térmica. Puag, qué día de kk.
Experimenté la incidencia ambiental y vi el autobús municipal en su parada, con la consiguiente, e inevitable, cola que ocasionaba.
Hace no sé cuánto tiempo lo había observado, me llamó la atención, en la parada de Marqués de San Esteban que, en su momento, tenía habilitada una entrada que interrumpía la línea de la acera, no interrumpía nada más, a los peatones aún les sobraba espacio para caminar sin estorbarse, y que aceraron, de acera, no de acero, (espero no herir la susceptibilidad de la RAE) para mi sorpresa y el calentón de los conductores que habían de calarse la consecuente cola, sobremanera cuando el autobús paraba coincidiendo con el inicio del semáforo, sito justo a la salida, en rojo, pues, evidentemente, a los conductores se les sumaba el sube y baja de los pasajeros, hecho durante el verde, del transporte urbano con el tiempo del nuevo rojo del semáforo. Una maravilla. Resoplé por lo que me parecía un desvarío y traté de no volver a acordarme para no tener que volver a resoplar y aliviar.
Pues resulta que ahora han hecho lo mismo frente a mi portal. Lo pensé, no puedo evitar verlo con harto frecuencia, coño, alguna razón para crear estos atascos han de tener los pensantes habilitados por el Ayuntamiento para servir al tráfico. Confieso que no di con ella, pero desde luego no tenía duda, ¡alguna razón había!
Mi curiosidad no me da tregua cuando algo me dice que puedo satisfacerla.
Indagué. La información que obtuve digo yo que será la correcta, es que los expertos consideraron que el autobús sufría para salir de su parada, debido a la falta de consideración de los conductores que circulaban sin parar para permitirle ahuecar.
Ni qué decir tiene, solución perfecta para el bus y putada sin atenuantes para el resto de conductores.
Buf. La verdad es que yo... Eso de joder a uno para favorecer a otro...
Sapiencia se supone que han de tenerla. El Gobierno, sea lo que sea que gobierna, puede elegir quién ha de hacer qué, tira con pólvora ajena. ¿No habría que pedirles un poco más de imaginación a estos sapientes del tráfico? Alguna sí tienen. Dense una vuelta por el Muro y aledaños. ¡Tremenda yincana que han diseñado!
Regresando al bus. Digo yo, oye, ¿qué tal un ceda el paso al inicio del hueco que era la parada?
¡Ya lo sé! ¡Un ceda el paso sin haber un cruce! ¡Qué disparate! No veo por qué, pero si no les gusta, bueno, se puede ir a lo más claro e inteligible, un letrero, ¡bien rojo! Que no quepa duda de su obligatoriedad: preferencia del autobús para incorporarse a la circulación.
¡Sí, hombre, que lo iban a respetar!
¡Hombre, no! Anda que no son convincentes las multas. ¡Y que para eso no tiene imaginación el personal!
En fin. Oye, que ha mejorado el día. Voy a prepararme para salir. Sin coche, desde luego.
Las yincanas no son lo mío.
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