La felicidad superficial
Parece que las concentraciones entre jóvenes han sido significativamente incidentes en los rebrotes del virus. Cualquiera puede entenderlo, "los jóvenes han de divertirse".
¿Está la felicidad principalmente asociada a darle gusto al cuerpo? Si es así, no es de extrañar la creciente cultura del yo, aunque en realidad signifique no solo la infelicidad del otro sino incluso su desgracia. El chumba chumba, hace feliz a un individuo y deja sin sosiego a doscientas familias en esta calle, no sé a cuántas en la siguiente; el deterioro insultante de las pintadas hace felices a unos pocos y joroba a los demás; quemar contenedores de basura, fachadas y coches aparcados de propina debe de ser "la leche"; la droga hace feliz a una banda y destruye a una juventud. Después esa juventud destruye personas y vidas. Podría seguir hasta llegar a la extraña felicidad de las más altas autoridades de un país que deja al otro lado millones de perjudicados.
Durante mucho tiempo, los psicólogos han sostenido que la filosofía del yo constituía la clave de la felicidad, pero tal actitud individualista no produce felicidad duradera. El egoísmo no es la clave de la felicidad, conlleva dolor e infelicidad; se debe a que a menudo se pasa por alto la felicidad cuando se busca el placer, y es que se trata de dos cosas muy diferentes. Los placeres pueden contribuir a la felicidad, pero también pueden destruirla. Cualquier emoción que se derive de buscar la felicidad de los modos mencionados resulta ser una felicidad falsificada, que, bajo prueba, es tan falta de valor como la moneda falsa.
El ser humano está muy bien dotado para la felicidad si sabe encontrar el camino, porque la felicidad no depende tanto de lo que tenemos como de lo que somos. Nuestro Creador nos muestra el camino, él formó el cuerpo y la mente, por eso, él sabe lo que contribuye más a la felicidad. "Felices, -Grego: Makárioi; latín: beáti- traducido frecuentemente al español como "bienaventurados"- son los que tienen conciencia de su necesidad espiritual..." (Mateo 5:3). Es decir: los que se dan cuenta de que necesitan a Dios. ¿Has leído Su Testamento?. Es para ti, pero no para tu ego, sino para que encuentres tu felicidad y contribuyas a la de los demás.
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