«Casa Cuca» de Sama

Sama está llena de hechos sueltos, en apariencia sin relación entre sí. Pero cuando ciertos asuntos se acercan a otros, el resultado puede producir efectos sorprendentes. Sama tenía que haber sido distinta, más viva, más dinámica y no lo es por negligencia o estupidez de algunos que componen la Corporación municipal. Siempre hay una causa que mueve a otra, como los eslabones de una cadena. Los que rigen el Ayuntamiento, con su arrogancia y fanatismo, violan frecuentemente sus propios principios éticos, y la falta de espíritu crítico de la oposición para exigir claridad en los asuntos municipales es vergonzosa. Se olvidan de los derechos e intereses de los ciudadanos; se embriagan de poder y se muestran susceptibles ante cualquier crítica; pero no importa, sus fanáticos votantes están para eso, para votarlos y seguir arrastrando ese lastre que dejaron otros primero, con su oportunismo político, repitiendo errores y cargándose a los que se opongan. Treinta y dos años llevamos con este régimen y con tanto tiempo mandando la confianza provoca soberbia y comportamientos dictatoriales al creer tener para siempre el poder. Señor, perdónales porque no saben lo que hacen. Además, de verdad.

Un hecho suelto: «Casa Cuca», edificio reconstruido casi en su totalidad, exceptuando pequeñas partes conservadas por interés arquitectónico. Se hizo prácticamente nuevo. Se compone de bajo, dos plantas, buhardilla, tejado, manteniendo en su lugar la hermosa cúpula, distribución interior... en fin, todo lo necesario para la terminación de un edificio en magníficas condiciones que le hace ser, sin duda, el inmueble más bonito de Sama. Su coste, IVA incluido 913.770 euros (152 millones de pesetas). El cine Felgueroso, sólo renovar, no construir, licitado en: 1.334.997 euros (con IVA: 259 millones de pesetas). Es un local, no un edificio, inservible, inútil e inaprovechable.

Otro hecho suelto: nuevo inmueble de oficinas en la calle Trafalgar, cercano al Ayuntamiento, para albergar los servicios municipales del área económica. Su construcción se compone de bajo y cuatro plantas: Departamento de Rentas, Recaudación y Tesorería, Intervención y la última Compras y Contratación. Construido desde los cimientos hasta el tejado añadiendo toda la distribución por pisos con todos los elementos necesarios para su función. Su coste final: 714.430 euros con IVA(119 millones de pesetas). El cine Felgueroso, sólo renovar, no construir, su licitación fue: 1.334.997 euros (259 millones de pesetas con IVA) por un local, no un edificio, ahora inútil e inaprovechable. Habría que vaciarlo y hacerlo de nuevo. El precio por dejarlo inservible, en proporción, equivale casi a los dos inmuebles recientemente construidos. No importa. No pasa nada.

Más todavía. El polideportivo Juan Carlos Beiro necesita un ascensor. En tiempos de crisis como el que vivimos, el Ayuntamiento de Langreo bien puede trasladar el que está colocado en el cine Felgueroso sin servicio alguno, instalado innecesariamente y causante, en gran parte, del desastre del local. ¡Un cine con ascensor en un patio de butacas! Estuvo cincuenta años sin él por innecesario. ¡Único en Asturias? No, en el mundo.

Algunos concejales de la oposición, o sea, los funcionarios del partido (del color que sean) que sufren los samenses, por su falta de responsabilidad, capacidad de lucidez y la ausencia de finalidades objetivas, pecan al dar un valor absoluto a su ideología y violan frecuentemente sus propios principios éticos, si los tienen. Se desentienden de los verdaderos problemas que afectan y preocupan al ciudadano. Es una oposición municipal sumía a los suyos y a los otros. Nada se cuestiona. Todo está bien. Suceden situaciones de juzgado de guardia y no exigen responsabilidades y dan por válido todo cuanto haga el gobierno municipal, o sea, la Alcaldesa y su guardia pretoriana.

La oposición debería ser libre e independiente, y no mostrar reverencia a una militancia rebañega con acatamiento ciego al jefe. La coherencia, honradez y valentía deben ser virtudes sobresalientes para ocupar un simple cargo de concejal o irse. Pero cuando las herramientas de trabajo, para algunos, sean un móvil en una mano y un vaso en la otra y la vida transcurra en el chigre, el bar, la cafetería como despacho y siempre riendo ¿de qué se ríen? ¿mimetismo zapateril?, mal se van a resolver los problemas. ¿Esta oposición está al tanto de las quejas de los ciudadanos? ¿Ve, lee y firma las certificaciones de obras sin comprobar antes si éstas están correctamente realizadas para su cometido antes de su pago? ¿Saben del tocomocho del cine Felgueroso? No es como para dejarlo pasar. Son muchos cientos de millones de pesetas tirados que todos pagamos con fuertes impuestos. Es dinero público. Dinero nuestro. ¿En el Ayuntamiento de Langreo las cosas marchan tan bien que nunca pasa nada? ¿o no existís? Seguro que con vosotros no cuentan, están encantados porque os falta coraje político. Algunos os contentáis con los «pincheos» y tener reservada la butaca en los «actos sociales» y estar cercanos a los abrevaderos del poder porque esto viste mucho, la gente os ve y pensáis que es medro social. Eso os creéis. Pobres. Tenéis suerte porque, a pesar de todo, los fanáticos os seguirán votando por inercia, pero sin esperanza alguna para ellos de que las cosas se arreglen. Pensáis que son imbéciles y os aprovecháis. De ahí el deterioro y la deslegitimación de la política.

¿Los responsables de los fondos mineros del Plan de la Minería no tienen nada que decir al «regalo de cine» que hicieron de 300.000 euros (50 millones de pesetas) y que no sirvieron para nada? El partido que rige los destinos del Ayuntamiento de Langreo con el marchamo de honradez y coherencia que esgrimieron hace años, ahora no tanto, eran principios mortales ahora en capa caída, ¿se va quedar quieto? ¿El arquitecto Jovino Martínez Sierra, autor de la «renovación», no tiene ninguna responsabilidad en todo eso? Si es así, ¡viva la Pepa! Es un chollo ser alcalde o concejal. Todo vale. No importa que no exista oferta cultural, social ni de ocio, ni cine ni teatro. Ordeno y mando. ¡Qué pasa!