El valor de la Diplomacia asturiana
Vancouver, Canadá, 9 de octubre de 2020.
En estos difíciles momentos derivados del covid-19, muchos españoles se encuentran en lejanos países a miles de kilómetros del Consulado o Embajada de España más cercano y es aquí donde se engrandece la labor de nuestros diplomáticos, como en el ejemplo que voy a relatar.
Antes de empezar, daré una breve explicación sobre el país que vamos a tratar, es Canadá, un país que con todo cariño acogió a miles de españoles, sobre todo jóvenes (entre los que se encuentra mi hijo), tras la última crisis económica vivida en España, convirtiéndose Canadá en el nuevo hogar de muchos de ellos.
Canadá es el segundo país más grande del mundo, con casi 10.000.000 de kilómetros cuadrados. España para las gestiones de los españoles en el país cuenta con una Embajada (Ottawa), cuya demarcación consular comprende únicamente la región de la capital (Ottawa y Gatineau).
Y además cuenta con dos consulados generales ubicados ambos en la Costa Este; Montreal, que da servicio exclusivo prácticamente a la costa Este, y Toronto, que además del sur de la costa Este da servicio a la zona centro y la costa Oeste de Canadá. Para hacernos una idea de la distancia del punto de la costa Oeste donde más españoles residen, que es Vancouver, hasta Toronto, hablamos de 4.300 kilómetros aproximadamente (cuatro horas y media en avión).
Por hacer una comparativa muy cercana, en Estados Unidos, por ejemplo, España cuenta con nueve consulados generales (Boston, Chicago, Houston, Los Ángeles, Miami, Nueva York, San Francisco, Washington D.C. y Puerto Rico), con una cobertura total de los cuatro puntos cardinales, algunos consulados incluso en el mismo Estado, como en California, que cuenta con dos, y otros muy próximos entre sí, como New York y Washington.
Existen además en ambos países distintos consulados honorarios, pero los mismos carecen de funcionalidad u operatividad para los españoles, pues no tienen capacidad para renovar pasaportes o documentos, ni hacer legalizaciones, ni ninguno de los trámites que un residente en el extranjero puede precisar. Su utilidad mayor se limita a poder expedir un salvoconducto en el caso de pérdida de pasaporte y poco más, derivado del escaso respaldo legal que dispone esta figura.
Una vez explicado lo anterior, en este artículo me voy a referir al Consulado General de España en Toronto, que da servicio a las provincias de Alberta, Columbia Británica, Manitoba, Ontario (excepto Ottawa), Saskatchewan, Territorios del Noroeste, Nunavut y Yukon. Como se puede apreciar, da servicio casi al 75% del territorio de Canadá.
Pues bien, en estos difíciles momentos que nos ha tocado vivir debido a la pandemia por el covid-19, en los que viajar es una complicación y un riesgo agravado, un diplomático español, asturiano para más señas, el cónsul general de España en Toronto, don Marcos Vega Gómez y su valiente y profesional equipo del Consulado en Toronto, poniendo incluso en riesgo su seguridad y salud personal, para ayudar y atender a los españoles residentes en los lejanos territorios de su demarcación y conscientes de la dificultad de los españoles para viajar, ha organizado un viaje operativo de casi dos semanas de duración a las provincias de Manitoba, Alberta y British Columbia, precisamente en las que más españoles residen, para que puedan realizar cuantos trámites consulares precisaran (pasaportes, legalizaciones, etcétera) y evitarles el largo, gravoso y delicado desplazamiento a Toronto.
Además de la máxima gratitud por el esfuerzo realizado, no seríamos justos si no enalteciéramos y felicitáramos tan elogiable labor realizada por don Marcos Vega Gómez y su equipo de Toronto, que pone de manifiesto el altísimo valor y vocación de la Diplomacia española al servicio de sus ciudadanos.
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