Lo que no puede ser no puede ser
Y además es imposible.
Esta frase, atribuida al famoso torero Rafael Guerra, "Guerrita", es una manera de decir, como otra cualquiera, que para no columpiarse hay que tener los pies en la tierra.
Está muy bien ser optimistas como actitud vital, pero no es tan positivo engañarse con beneficios de dudosa consecución porque con ello lo único que se consigue es maquillar la verdad, pero no evita darse de bruces con la tozuda realidad.
Declarar, como parece que ha hecho la ministra Calviño, que en el último trimestre de este penoso y maltrecho año la economía española va a subir un 1,5%, cuando todos los referentes económicos internacionales, así como los analistas y expertos más reconocidos, indican una clara tendencia a la baja, es poco menos que optimista. Un optimismo que hay que agradecerle a la Sra. Ministra, de cuyas buenas intenciones nadie duda, pero que a mí me cuesta entender lo que vaticina.
Ojalá que se cumplan sus previsiones, por el bien de todos, aunque bien pensado, un 1,5% arriba o abajo no nos va a sacar de pobres.
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