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Almacenamiento de energías renovables (V)

21 de Octubre del 2020 - Carlos Muñiz Cueto (Gijón)

De este tipo de proyectos no se está hablando en Asturias, o al menos no se percibe. Las energías renovables (imprescindibles para no llegar al desastroso incremento de temperatura de 2 ºC) tienen el problema de su intermitencia. Durante la fase de alta producción deben almacenarse para después poder descargarse en la fase baja: la solar fotovoltaica deja de existir por la noche o en los días nublados; y los días sin viento se apaga la eólica. Por eso se deben almacenar.

5.- Quinto proyecto - El almacenamiento de la energía es el quinto proyecto en el que Asturias se debe implicar.

Existen muchos métodos para almacenar la energía de las renovables y son muchos los proyectos; sin embargo, debemos encontrar aquellos que por su eficiencia y utilidad nos convengan para investigar y utilizar. Pues la eficiencia no es algo que se encuentre con el primer intento. En este sentido hemos de tener en cuenta que todas las instalaciones de las centrales térmicas que se van cerrando, con sus conexiones eléctricas intactas, son ideales para desarrollar desde ellas el almacenaje de la energía eléctrica y sacarla cuando se necesite.

5.1.- El hidrógeno:

Ciertamente el almacenaje de hidrógeno (que ya hemos tratado como el combustible del futuro junto a la pila de combustible) es una forma de almacenar energía para poder generarla cuando la producción de renovables descienda. No solo mediante el concepto de una pila de combustible enorme, sino también impulsando algún tipo de combustión para accionar turbinas y generadores eléctricos.

5.2.- El almacenamiento térmico:

5.2.1.- Almacenamiento térmico a altas temperaturas.- Si bien este sería el recomendable en las centrales termosolares con sus sales fundidas, también existen investigaciones para ver si se puede utilizar el calentamiento de grandes bloques de carbono de los que luego sacar el calor mediante células termovoltaicas (aún con deficiente eficiencia). O bien podría utilizarse el calor almacenado para accionar un motor stirling que accionase un generador eléctrico

5.2.2.- Almacenamiento criogénico de aire comprimido.- En este caso, igual podríamos usar una mina para investigar el desarrollo de tal tipo de almacenamiento energético. Consistiría en comprimir aire a bajas temperaturas hasta llegar a licuarlo y almacenarlo en depósitos colocados en las galerías superiores de una mina, para que, cuando se necesite energía eléctrica, hacerlo fluir hacia las galerías inferiores donde se aprovecharía la geotermia del agua de mina para cederle calor mientras se expande haciéndole salir al exterior a través de turbinas colocadas en la caña del pozo para generar electricidad.

5.3.- El almacenamiento hidráulico:

En Asturias existen grandes desniveles e incluso centrales hidráulicas de montaña con gran caída. Pues bien, tenemos una oportunidad única de ofrecer almacenamiento de energía a las renovables mediante energía hidráulica. De forma que muchas pocas son mucha energía.

5.4.- Batería de metal líquido:

5.4.1- Batería de metal líquido de alta temperatura.- El profesor Donald Sadoway del MIT nos propuso hace años unas baterías basadas en usar electrodos de metal líquido, y, según sus propias palabras, se inspiró en el método Hall-Heroult para la obtención de aluminio. Pero, además, cuando comenzó su investigación se propuso que debían basarse en materiales abundantes. La idea que desarrollaron él y su equipo, fue una batería de alta temperatura donde un metal poco denso como el magnesio flotaba sobre una sal que hacía de electrolito, mientras que un denso antimonio hacía de ánodo en el fondo de la batería. El flujo de electrones constante tanto en la descarga para solventar el problema de la intermitencia, como en la carga restableciendo las condiciones iniciales en la batería, mantendría la alta temperatura requerida para el estado líquido.

5.4.2- Batería de metal líquido de baja temperatura.- Investigaciones más recientes tienen desarrollado un prototipo de batería de metal líquido de baja temperatura en la que se tienen puestas muchas expectativas. Tantas como para desbancar a las actuales baterías de ion-litio que utilizamos en todo constantemente, y que también han mejorado con las de litio-azufre de una gran densidad eléctrica.

Dado que Asturias posee industrias electro-intensivas tenemos muchos profesionales cualificados para entender estos procesos de metal líquido y electricidad. Deberíamos por ello, al menos, tener un importante proyecto para que, a la par de desarrollar las energías renovables, se pusiera en funcionamiento una gran batería de metal líquido que sirviera para resolver la intermitencia de las renovables.

P. S.: El profesor J. M. Román, en su libro "Química de los Materiales", de 1968, en referencia a las pilas de combustible, vaticinaba: "Se han utilizado ya en vehículos espaciales y se espera que pronto tendrán una gran aplicación, incluso desplazando a los motores alternativos". Más de 50 años después, no podemos perder el tren de las baterías.

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