Calor y cariño
Es de obligado cumplimiento dar las gracias a todos los médicos, enfermeros/as, auxiliares que, durante tanto tiempo, tan estupendamente trataron y atendieron a Tino en el Hospital San Agustín de Avilés.
A Consultas Externas, que, tras más de un año que le practicaron curas, fueron maravillosos.
A la cirujana Isabel García Alvear, siempre con una sonrisa... y una canción. Al cirujano Rubén Serra por estar ahí.
A todos ellos, gracias.
Pese a la escasez de medios, falta de personal, de jornadas interminables, de dobles turnos, y como si lloviera sobre mojado, aparece el covid-19, haciendo aún más evidente la precariedad de la sanidad y la ineficacia de los que nos dirigen.
A pesar de todo, el Hospital San Agustín funciona gracias a la dedicación y empeño de sus profesionales y grandes dosis de medicamentos que no vienen en el vademécum, calor y mucho cariño, que convirtieron durante meses a la quinta centro, con Araceli Cerreira al frente, en mi “hogar”. A todos, gracias de corazón, os estaré eternamente agradecida.
Gracias por haber regalado tiempo a Tino. Tiempo para estar en casa, tiempo para pasear por Pravia, tiempo para viajar, tiempo para abrazar a sus nietos, tiempo...
Posdata: Como no todo iban a ser flores y halagos, una queja. Hemos pasado muchísimo calor.
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