Reflexiones personales
Hoy la Justicia está en el "candelabro" (la Miss dijo), pues el Gobierno del Sr. Sánchez quiere controlar absolutamente las altas esferas de la misma para asegurarse sentencias favorables para él y los suyos, si llegara el caso de necesitarlas.
En otras esferas, las que concurren con los ciudadanos de a pie, entre los que por casualidad o suerte me encuentro, pues con dolencias serias en mi columna vertebral y algún incidente ya casi olvidado estoy de pie de milagro. Lo lógico es que estuviera en silla de ruedas.
A mis 85 años me gusta reflexionar sobre aspectos varios que pudieran darse en la vida social, siempre al amparo de la libertad de expresión, pero solo son reflexiones de viejo y agradezco que nadie intente asociarlo a hechos reales, pues sería falso.
Soy lego en derecho, pero a mi edad "tengo el mundo corrido". Cursé carreras técnicas en Asturias y Barcelona. Trabajé en Asturias, Valladolid, Madrid, Barcelona y de nuevo en Madrid, donde me jubilé después de 25 años trabajando en una multinacional informática. No es petulancia, es aviso a navegantes (vengo de familia de la mar y tengo un gran interés en todo lo relacionado con la pesca y las organizaciones que le son, o mejor fueron, afines) por si mis elucubraciones tuvieran alguna vez signos de realidad.
Figúrense: un individuo es agredido por un conocido con quien tiene mala relación por manifestar públicamente sucedidos ciertos que atañen al agresor. No expreso presunto pues no me refiero a hechos reales. El agredido, socialmente integrado, acude a un centro médico para aliviar las lesiones sobrevenidas y recibe un certificado de lesiones y el consejo de ponerlo en conocimiento de las autoridades. Hasta aquí es todo lo que hace el agredido. Después recibe en su casa la citación oficial de apertura de juicio oral. Acude a la vista con los medios legales de que dispone y el ilustre magistrado juez puede interpretar que el agresor, molesto por las críticas legales que le hace el agredido, se toma la justicia por su mano y le agrede, o puede interpretar que el agredido añade a sus críticas públicas una denuncia falsa, que sería delito. Si ocurre lo segundo, lo lógico sería imputar al denunciante, pero a pesar de que prácticamente afirmara que la denuncia es falsaria en contra de la afirmación del ilustre fiscal que solicita pena para el agresor, afirma también que el denunciante no obra con mala fe.
Si esto ocurriera, ¿cómo queda la justicia? Lastimada. ¿De quién es la culpa? De quien la imparte.
Si esto fuera cierto, ¿quién gana? El agresor, que se verá "autorizado" a repetir la jugada.
¿Existen ejemplos? Sí, el exjuez Estivil, que dictaba sentencias a precio tasado, y el exjuez Garzón, que manifestó que lo tenía crudo porque quienes le juzgaban eran sus enemigos.
Otro día reflexionaré sobre un tema en el que fui experto: la influencia del sol y el Nordeste en la pesca de calamares a potera y con sedeña.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

