Todos sabemos de todo
En estos días en los que la pandemia del covid nos aterroriza a todos. En los que las cifras de fallecidos y de contagiados crecen y crecen desbocadas. En estos días en los que los ciudadanos vivimos constantemente recibiendo un aluvión de información, nos damos cuenta de que en este país todos sabemos de todo. Es como si, de pronto, todos los políticos, todos los periodistas y buena parte de los ciudadanos de a pie, como un servidor, hubiéramos hecho un máster acelerado que nos facultara de conocimientos exprés sobre sanidad, epidemiología, economía, sociología, psicología y un largo etcétera. Lógicamente, los que se llevan la palma en este ranking de sabiduría múltiple es la clase política, sin distinción de colores. Los escuchas hablar y te quedas con la boca abierta; todos son expertos biólogos, epidemiólogos, todos saben mucho más que sus rivales políticos sobre la pandemia, sobre qué hay que hacer y no hacer para controlarla. Es un espectáculo tan deprimente, tan barriobajero, tan carente de valores humanos, que uno siente que estamos en manos de una clase política analfabeta y ciega que de lo único que se preocupa es de si su partido va a resultar beneficiado o perjudicado con las medidas que puedan tomar los rivales políticos.
Jamás en la historia de nuestra joven democracia los ciudadanos hemos podido comprobar con tanta claridad hasta dónde pueden llegar las ambiciones y las luchas por el poder de nuestros políticos. Por poner solo un ejemplo, ahora mismo Pedro Sánchez ha decretado el estado de alarma en todo el país, excepto en las Islas Canarias, una situación que el Gobierno pide que se prolongue por espacio de seis meses, hasta el 9 de mayo. Pues bien, el PP ya anuncia que solo apoyará ese estado de alarma durante dos meses, “para salvar la campaña de Navidad”; es decir, hasta el día 22 de diciembre. Para los conservadores, como ya han demostrado en múltiples ocasiones, prima más la economía que la salud de los ciudadanos. Seguramente, a Casado le importe más conocer la situación del sector empresarial y del Ibex-35 que el estado de colapso sanitario que se está registrando en las UCI de todos los hospitales del país. El Gobierno nos advierte que se avecinan meses muy difíciles y que habrá que ser muy responsables, pero en las calles de muchas ciudades españolas, incluido Oviedo, grupos de jóvenes salen a las calles a protestar contra el Gobierno y su toque de queda. Ellos, los jóvenes, también son de los que saben mucho sobre pandemias, pero muy poco de responsabilidad y solidaridad ciudadanas. Como decía Pepe el Ferreiro, "haxa salú".
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