Las delirantes conclusiones del juez Aguirre
En el marco de la operación que la Guardia Civil está desarrollando contra el entramado independentista catalán , en concreto contra el denominado “Tsunami democrátic”, un ente que los golpistas crearon en su día con el principal objetivo de agitar a las masas en las calles pero que luego ha servido para muchas otras cosas, el juez Joaquín Aguirre, conocido en Barcelona por sus ocurrencias y por sus decisiones a menudo imprevistas y desconcertantes, que ha sido criticado en numerosas ocasiones por sus propios compañeros de la judicatura y cuestionado por Anticorrupción en la “Operación Macedonia”, el magistrado al que llaman el “Juez Vedette”, nos ha salido ahora diciendo que la Guardia Civil le ha informado que, en el marco de la “operación Volhov” (nombre que evoca la primera victoria de las tropas nazis junto a soldados de la División Azul en la Segunda Guerra Mundial y que supuestamente le ha dado la Benemérita a estas pesquisas) Rusia había prometido enviar 10.000 soldados a Cataluña y pagar su estratosférica deuda, que asciende a más de 75.000 millones de euros. Las autoridades rusas, al conocerlo, han calificado las declaraciones del juez de “delirantes”. ¿Hay alguien, en su sano juicio, que puede siquiera pensar que Rusia iba a enviar 10.000 soldados a un país de la OTAN y pagar esa brutal deuda a los independentistas catalanes? Pues, parece ser que el juez Aguirre sí y no sabemos si alguien más en la Guardia Civil. Una de las claves de este asunto es que este juez, después de investigar a la Benemérita, ha dirigido varias operaciones estrambóticas apoyándose precisamente en el instituto armado. La verdad, sin embargo, es bien distinta, como conoce perfectamente la Guardia Civil de investigaciones anteriores en Cataluña. Puigdemont y sus secuaces estaban preparando su propio Ejército, que nada tenía que ver con Rusia: en efecto, el 1 de abril de 2 013 el Centre d’Estudis Estrategis de Catalunya (CEEC), uno de los “chiringuitos” más peligrosos creados por el independentismo, publicó un estudio perfectamente detallado sobre un futuro Ejército catalán bajo el título de “La futura Força de Defensa de Catalunya”, el presupuesto inicial era de 3.500 millones de euros y se tomaría a los Mossos d’Esquadra como germen de esa nueva fuerza militar. Los oficiales y jefes serían catalanes filtrados del Ejército español siguiendo exactamente el mismo guion que utilizó Lituania con los oficiales de la antigua URSS que tomó para sus FF AA. Los asesores militares serían de los EE UU y de Reino Unido y de esos dos países la mayor parte del material bélico con el que dotarían a sus unidades. El estudio, profesional hasta en los más mínimos detalles, tanto del material como de la composición pormenorizada de las unidades, del despliegue de la fuerza, etcétera, demuestra hasta dónde estaban dispuestos a llegar. Pero, es que también el Consejo Atlántico (Atlantic Council), un grupo de expertos estadounidenses en el campo de los asuntos internacionales y militares con sede en Washington relacionado con la OTAN, ya se ocupó de la posible independencia de Cataluña y sus connotaciones militares en un trabajo al que dieron el título de “Implicaciones militares de la secesión de Cataluña”, y esto sucedía en agosto de 2014. Una de las primeras medidas que tomaría el Gobierno de la República Catalana sería la creación de un Ministerio de Defensa y de un Ejército que estaría compuesto por suboficiales, oficiales, jefes y generales profesionales y por soldados de reemplazo, pues también habían planeado implantar el servicio militar obligatorio en Cataluña (como hemos sabido por la información interceptada por la Guardia Civil en su día), la antigua “mili” que no les gustaba nada en España. El Gobierno del Estado, que está muy ocupado en regatear sobre las comparecencias del presidente en el Congreso de los Diputados y la duración del estado de alarma, y, en concreto, el ministro de Interior, bien haría en indagar sobre lo que está sucediendo y en aclarar este asunto extremadamente grave, extremadamente grave sin entrar en más detalles.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo