Hagan juego, no hay reglas
El pasado febrero, el ministro Garzón anunció la nueva regulación del juego que se estaba ultimando. Un decreto destinado a poner orden en un ámbito en el que la publicidad campa a sus anchas.
Desde entonces nos hemos confinado, aislado y distanciado para acabar con el covid-19, pero también hemos encendido las alarmas sobre la adicción al juego. Según la Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados (FEJAR), durante el primer estado de alarma se duplicaron el número de llamadas al teléfono de ayuda. Sin embargo, el sector del juego cifró en millonarias las pérdidas sufridas durante el confinamiento por el cierre de salones de juego y el parón de las apuestas vinculadas a las competiciones deportivas.
Parece que el drama personal y familiar no tiene una correspondencia con las grandes cifras. Entonces, ¿qué cantidad de incondicionales más necesita el sector para ser rentable?, o aún peor, ¿cuánto patrimonio más tiene que poner en juego cada persona?
El decreto de Garzón iba a ver la luz en tres meses... han pasado casi ocho, el coronavirus no remite y nuestro tiempo de ocio vuelve a encerrarse entre cuatro paredes. ¡Peligro! Seguimos sin reglas, y el juego no para.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

