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Vigilancia y prospectiva

28 de Junio del 2010 - Carlos Muñiz Cueto (Gijón)

En ocasiones, lo único que queda es la provocación. La performance es en esos casos un buen medio, otras el happening y, a veces, la pura y simple incorrección. En la «sala 1» del Antiguo Instituto de Gijón se expone «Proxy» de Andy Gracie. En ella dos robots están orientados a buscar, cada uno de ellos, un organismo distinto de forma totalmente automatizada. Lo hacen por medio del análisis microscópico de unas preparaciones realizadas a partir de una muestra extraída de los Picos de Europa. Se vigilan entre sí, y son vigilados por el público.

Adam Schaff, ya hace demasiados años, proclamó que el obrero estaba muerto, pero ríete tú de la imaginación... El caso es que cada día la imaginación se ríe más de nosotros. Mientras, existe toda una gestión de variopintas cosas: calidad, competencias, de esto, de aquello, de lo otro, de los otros... Sin embargo la gestión se automatiza: ¿Morirá también el gestor? Y es que la automatización también permite que el productor nos ponga la leche en el mercado con máquinas expendedoras automatizadas. ¿Será posible la revolución imposible? Supongamos una renta básica universal que anule cualquier otro tipo de ayuda, incluido el subsidio de desempleo, si, además, la orientación y la vigilancia del empleo están totalmente automatizadas en la web: ¿qué ocurrirá con...? Personalmente prefiero que los bancos y las entidades financieras abran todas las tardes y tengan, en su oficina, gente suficiente para que me pueda atender mientras charlan conmigo y usan sus automatizados medios.

Imagínense esta historia: Un producto (un cepillo de dientes por ejemplo), es producido por tres empresas distintas originando tres cepillos de dientes diferentes. La empresa [A] automatiza y aumenta la producción reduciendo precios y personal. [B], vigilante, tiene preparado para salir al mercado un nuevo producto, aún mejor, realizado por medio de un proceso totalmente automatizado que reduce el coste de producción a unos niveles que permiten un ridículo precio de venta. A la vez, se aumenta el margen de beneficios espectacularmente al eliminar el personal productivo y quedar únicamente con los gestores. La empresa [C], desprevenida, despide a todo su personal y cierra. Resultado: más y más excelentes cepillos de dientes para todo el mundo. Los propietarios y gestores de los procesos automatizados aumentan sus ingresos haciéndose más ricos. Sin embargo, el número de clientes de estos cepillos de dientes se reduce a causa de la crisis y los despidos. La gestión y la toma de decisiones están cada vez más automatizadas, de tal forma que los gestores ya están siendo despedidos. Cualquier día, el empresario recibirá de forma automática la carta de despido como empleado y máximo responsable de su empresa; firmado: Hal -9000-. (Espero que haya dejado una puerta de atrás para entrar). ¿Qué empleos se necesitan para poder anticipar y triunfar? Mentes creativas y divergentes, absolutamente desprovistas de la corrección política y de esa vaca sagrada que es el mercado (pero sin deshacerse de él): la hibridación es la respuesta. Justo lo que hemos estado y estamos generando en España con nuestro dirigismo. Porque para corrección política está esta otra: La secretaria de Empleo advierte de que habrá que trabajar «con más intensidad e implicación». Toda una actitud conservadora ante la incapacidad de imaginar un mundo de otra manera. La responsable de buscarle trabajo a 4,5 millones de personas nos dice que los que quedan trabajando deben trabajar más y realizar un mayor esfuerzo de tiempo y entrega por menos retribución para, así, poder competir con los robots (esclavos metálicos) de los países industrializados o con los esclavos de los países emergentes. Pues eso de repartir: empleo, esfuerzo, y riqueza; no se contempla. ¿Estará España formada y preparada para competir con esa empresa [D] que está a punto de derrotar a la [B] con una nueva técnica de higiene dental, o, como esclavos, realizaremos artesanalmente «palillos de dientes» para sobrevivir? Bueno, siempre habrá un plan B: «Si los que más tienen no reparten, habrá que quitárselo, y esto no es una blasfemia», nos propone el padre Ángel.

Prospectiva: El mundo está loco. Y, como todos los locos, es el último en enterarse.

P.S.: Asistí al funeral de mi compañero Ángel Herrera. Éramos cuatro y ahora somos menos. Desde aquí agradecer al SEPEPA la esquela y ese reconocimiento formal docente póstumo a sus 35 años de docencia activa, hasta el último momento. Pues sí: hay funcionarios docentes en el SEPEPA dando cursos sin ser reconocidos como docentes en un incomprensible ser sin ser.

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