Menos crítica y aportar más por parte de la oposición
Mucho se ha hablado de la ausencia de Pedro Sánchez del Congreso de los Diputados el día de la votación del estado de alarma, pero ahí estaba el ministro de Sanidad, que es verdaderamente quien tiene la información más veraz y rigurosa sobre el virus y la pandemia que nos afectan en España y en todo el mundo, lo que pasa es que la oposición quería, una vez más, aprovechar la ocasión para el insulto y las críticas mentirosas y manipuladoras con las que le obsequian día tras día, hizo muy bien marchándose, porque tenía una cita por la tarde con los responsables europeos y tenía que preparase lo que tenía que decir y aportar, lo demás queda para los cuatro inútiles de la oposición que a todo lo que aprueba el Gobierno solo saben decir no o, como mal menor, abstenerse sin aportar nada de nada.
Pero no podemos exigir a Pedro Sánchez que dé más de sí con sus horas del día, de la tarde, de la noche, de los festivos... En este país, este presidente de un marrón pasa a comerse otro. Viaja, se reúne, reúne a presidentes autonómicos y escucha unos rollos que ni te cuento, comparte obligatoriamente la acidez continuada de una oposición inútil e inepta, intenta resolver algo y ahí tiene a una derecha (a la que pagamos todos los españoles) permanentemente boicoteando toda su labor y la de todo el Gobierno. Lo de la Comunidad de Madrid es de Juzgado de guardia. Lo del jefe de la jefa es impresentable. No toma medidas nadie ahí dentro. No aportan nada de nada. Y para alguien que trabaja a destajo (es fácil juzgar desde los banquillos de la derecha cuando no se aporta una sola solución en seis meses); decía que el que se deja la piel tratando de organizar este caos es lógico que no siempre acierte. Si yo lo juzgo tumbado en mi hamaca seguro que tampoco me equivoco. A mí sí me parece importante la videoconferencia de esa tarde y nada importante escuchar mentiras, calumnias y críticas destructivas como forma de oposición. Yo entendería una oposición con planteamientos coherentes para los españoles, que superaran a los del Gobierno; una oposición que hiciera su trabajo y apareciera en el Congreso con soluciones a esta lamentable situación que estamos viviendo. Pero no, eso no mete caña ni envenena. Los españoles al paro y ellos parados, con la diferencia de que los señoritos encopetados, inútiles o vagos, ahí están con sus nóminas a la sopa boba; los ciudadanos, sin un duro y jugándose la vida en manos de toda esta panda llena de rencor. Una pena y un horror.
¡Error, también! De Felipe González y sus permanentes opiniones contra Pedro Sánchez, mejor no hablar. Me parece el colofón a todo este caos de opiniones gratuitas e indeseables que se permita atacarle de forma sistemática en vez de apoyarle o al menos, por respeto, callarse. Irreconocible el viejo socialista...
Pedro Sánchez es de los pocos líderes políticos que se salvan en el esperpéntico comportamiento del resto durante la pandemia. Educado, muy correcto y estando a la altura durante estos meses de una enorme dificultad en la gestión para el Gobierno y tan difíciles para la sociedad en general. Se fue para atender tareas pendientes o por encontrarse indispuesto, lo que es seguro es que tiene que estar hasta el gorro de escuchar día sí y día también las patéticas e inmaduras aportaciones de la mayoría de adversarios políticos que ni por vergüenza ni dignidad han sabido estar a la altura del momento, y, por supuesto, del insolidario comportamiento de tantos y tantos ciudadanos.
¿Recordamos que hace tan solo una semana varios presidentes de comunidades autónomas pidieron al Gobierno que declarara el estado de alama? ¿Y que fue Pedro Sánchez quien les ofreció, a finales de agosto, sus votos en el Congreso para que fueran ellos mismos quienes lo defendieran ante la sede de la soberanía nacional, que es la institución que debe darles permiso? ¿Es acaso esto una ocurrencia descabellada? Al fin y al cabo es lo más lógico: son ellos los que deciden las medidas usando sus competencias en el terreno sanitario. ¿Por qué no se requiere su presencia por parte de la oposición? Pues bien, a lo mejor no era Sánchez el que tenía que dar la cara, o no al menos en solitario.
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