La rebelión en las calles
Estos días en los que la batalla contra el maldito covid-19 se ha trasladado a las calles de nuestras ciudades, con cientos de jóvenes que se resisten a cumplir las normas restrictivas decretadas por el Gobierno para frenar la expansión del bicho. Estos días en los que vemos a los hijos y nietos de aquellos a los que les tocó afrontar la transición democrática en España enfrentarse a la Policía reclamando libertad, a uno se le pone el vello de punta.
Es como si la joven sociedad española, la criada y educada en estos más de cuarenta años de valores democráticos, no hubiese todavía aprendido la lección de lo que significa la lucha, la unidad, la solidaridad del pueblo. En este caso, no para defender la libertad y la democracia como hace más de cuarenta años lo hicieron sus padres y sus abuelos, sino para algo mucho más importante: para proteger nuestra salud colectiva. En definitiva, para salvar vidas.
Resulta difícil entender que, bien por ideas políticas o solo por el simple hecho de sentirse jóvenes, estas personas sean capaces de caer en semejante irresponsabilidad, de actuar con tanta violencia y tan poco sentido de la solidaridad.
En estos complicados momentos conviene también recordar al Gobierno de la nación y a los de todas las autonomías el lamentable espectáculo que nos están ofreciendo a los ciudadanos. Es hora de olvidarse de colores políticos, el bicho no distingue eso, es urgente que se adopten medidas globales para todo el país. Por encima de los intereses económicos tiene que estar siempre primero la salud. Sin salud no tendremos economía.
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