Asturias, sola en mitad de la tierra
La negativa del Gobierno de Pedro Sánchez a la petición hecha por el presidente del Principado, Adrián Barbón, para que se le concediera a nuestra región los poderes para decretar el estado de confinamiento ante la gravedad de la situación sanitaria constituye un grave error del Gobierno central para con Asturias.
Que los gobiernos asturianos secularmente siempre han tenido muy poco peso frente al Gobierno de la nación es algo incuestionable. Ahora bien, que el señor Sánchez demuestre que lo que está sucediendo actualmente en Asturias con la pandemia le importa un carajo eso ya son palabras mayores. Si el presidente del Gobierno, en sus habituales y soporíferos discursos, nos repite hasta la saciedad que ante la pandemia “hay que poner en funcionamiento la cogobernanza compartida con los presidentes de las distintas autonomías, por ser ellos los que mejor conocen la situación sanitaria en sus territorios”, no llegamos a entender la postura adoptada ante la petición del confinamiento por parte de Barbón.
Si nuestro presidente adoptó ayer una serie de medidas restrictivas, en las que se incluyen el cierre de todos aquellos establecimientos que no sean imprescindibles para el normal funcionamiento de la población, es porque la comunidad sanitaria asturiana así se lo ha recomendado a la vista de la grave situación de la pandemia, con hospitales al borde del colapso y con el personal sanitario extenuado. Igualmente, nadie en su sano juicio, incluido el presidente Sánchez, puede llegar a pensar que la petición del confinamiento de la ciudadanía es un capricho del presidente Barbón.
Asturias, sola en mitad de la tierra, como cantaba Víctor Manuel. Asturias, una región olvidada, marginada, en la que sus gobiernos siempre han de doblegarse ante lo que se nos ordene desde la capital de todas las Españas. El presidente Sánchez todavía está a tiempo de rectificar su postura, de otorgarle todos los poderes a Barbón, por ser el que mejor conoce lo que está sucediendo en esta comunidad. Y lo que está sucediendo a día de hoy en Asturias tiene muy mala pinta. El maldito “bicho”, descontrolado, campea a sus anchas entre una ciudadanía que, para mayor desgracia, muchas veces demuestra una total irresponsabilidad en sus comportamientos de prevención. Mientras, en los hospitales, los profesionales de la sanidad lanzan un desesperado SOS advirtiendo del agotamiento, físico y psicológico, al que se encuentran sometidos...
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