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Qué pena y qué inconveniencia

4 de Noviembre del 2020 - Carlos Muñiz Cueto (Gijón)

"El futuro influye tanto en el presente como en el pasado" (Friedrich Nietzsche). Por otra parte, dice la mecánica cuántica que hay efectos que se manifiestan primero que sus causas. Robert Penrose presupone, junto con su colega Stuart Hameroff, que existe una conciencia cuántica que, como cuántica, podría influir en el pasado. ¿Qué conciencia colectiva tiene Asturias (Carl G. Jung) para que, tras haber idealizado un fracasado pasado (Revolución de 1934), esté influyendo en el presente para que no tengamos éxito?

¡Qué pena y qué inconveniencia! Que en el siglo XIX y en el XX la emigración asturiana haya dado grandes empresarios fuera, mientras que aquí la gran mayoría eran de fuera (como demuestran nobles placas en nuestras calles). Qué inconveniente fue que no apostásemos ni creásemos empresas privadas (no cautivas del INI) para que tirasen adelante con una sociedad emprendedora (fueron mayoría las empresas cautivas del Estado), lo que conllevó no invertir ni investigar en futuro, ni cooperar ni crecer en equipo.

¡Qué pena y qué inconveniencia! Que no hayamos sabido aprovechar las Universidades Laborales para convertirlas en centros de investigación aplicada que dieran impulso a la formación permanente ocupacional y dual, imbricando la formación con el mundo de los AASS. Precisamente cuando ese mundo solo veía fondos europeos sin percatarse de que la formación permanente ocupacional y dual (empleados formándose constantemente) era, y es, la inversión más rentable capaz de establecer dinámicas eficaces hacia el futuro. Qué inconveniente es no saber mantener la actividad de las personas usando la formación ocupacional par, al ir descubriendo nuevos yacimientos de empleo a los que nos lleva "la máquina", ir modificando las ocupaciones en medio de este acelerado progreso. ¿Cómo afrontaremos el uso de "la máquina" (robots más IA) en las ocupaciones? ¿Qué ocupaciones serán yacimientos de empleo tras la pandemia con "la máquina" usándose a tope? ¿Puede un paciente enfermo ser atendido por "la máquina"? ¿Qué límites ocupacionales pondremos al uso de "la máquina"? Porque sin robotización productiva no hay competencia económica, y sin gente ocupada con empleo, hay pobreza. ¿Haremos por ley que una "persona cliente" sea siempre atendida por otra "persona empleada", aunque esa "persona empleada" este ayudada por "la máquina", y nunca se deje a la "persona cliente" sola ante "la máquina"?

¡Qué pena y qué inconveniencia! Que la política no prevea lo conveniente y solo prevea mantenerse en su nivel de conveniencia.

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