Slow food, una alternativa de buena alimentación
Hace pocos días me topé con un concepto que me pareció revolucionario y bastante innovador: “slow food” o “comida lenta”, una contraposición directa al modelo de comida rápida o chatarra.
Este movimiento busca romper con la inmediatez en la preparación de comida, primar el comer con atención y valorar la calidad de las materias primas ante lo hiperprocesado que conseguimos en los puestos de venta ambulante.
El concepto despertó mi interés, pues, para lograr cumplir el proceso de comida lenta, deben utilizarse productos buenos tanto en sabor como en sus nutrientes, y cosechados o criados a menos de 100 kilómetros de distancia del restaurante.
Más allá de los establecimientos de estas comidas lentas, y a pesar de mi enemistad con las tendencias modernas, pensar en llevar este concepto a nuestras comidas caseras, alimentarnos bien y generar un desarrollo endógeno en nuestro entorno, sería una verdadera revolución.
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