Vizcarra
De forma sorpresiva, este lunes el Congreso del Perú ha destituido al presidente de la República. No se esperaba tal grado de apoyo a la petición de vacancia, motivado en casos de supuesta corrupción todavía no demostrada cuando fue gobernador en Moquegua.
Vizcarra había llegado a la Presidencia tras la destitución del presidente elegido en las urnas, PPK, el empresario Pedro Pablo Kuczynski, por corrupción.
Vizcarra, sin partido propio, había propiciado la renovación del Parlamento en recientes elecciones, y ese mismo Congreso nuevo le acaba de destituir.
La preocupación por posible interferencia económica, a pocos meses de la siguiente contienda electoral, y de la posible interferencia en las consecuencias de la pandemia, no han limitado la acción parlamentaria, aunque muchos de esos grupos en el Congreso tengan a su vez acusaciones de corrupción.
Como no era tan esperado este acuerdo “por arriba”, como Vizcarra, pese a todo, había logrado una cierta estabilización política y un ligero repunte en la apreciación popular frente a las corrupciones (en un país donde todos los últimos presidentes han sido procesados, y uno de ellos, Alan García, cuando iba a ser llevado a la cárcel se suicidó), ahora, la incertidumbre se acrecienta, con un presidente provisional que se juramenta hoy, y que tampoco tiene una limpia actuación en el pasado, el empresario Manuel Merino, del partido derechista Acción Popular.
De la escasa información properuana que conocemos en Asturias (en otras épocas el COSAL ponía mucha actualidad de las luchas latinas) que se puede sonsacar por comunicación directa o buscando resquicios en el internet y tratando de ubicar en qué marejada se han metido algunas de nuestras personas y organizaciones referentes, se puede constatar la permanencia de la división o dispersión de la izquierda peruana, más o menos como en todas partes.
Pero en el ámbito electoral, habíamos estado viendo en nuestra última presencia en el país de Tupac Amaru cómo en las calles recogían firmas para inscribir a Verónika Mendoza como Nuevo Perú que estaba “separándose” dentro del Frente Amplio de sus compas de Tierra y Libertad, con Marco Arana de líder… y después ocurrieron otros acontecimientos: la bancada en efecto se dividió por la mitad, con el nombre de la coalición se quedaron los de Marco Arana, la gente de Verónika “no supo” o no quiso acudir en alianza a las elecciones parlamentarias convocadas por Vizcarra este año, y los de Arana pasaron el filtro del 5% (su mayoría de parlamentarias-os son del Amazonas) pero los de Verónika no (y la izquierda pasó de ser la tercera fuerza parlamentaria a casi la última).
En conjunto habían liderado el cuestionamiento a PPK, hasta que este se vio obligado a dimitir. Por separado Nuevo Perú ha tenido más acercamiento a Vizcarra, y FA-Arana ha seguido votando en contra, y señalando que sería el 6.º presidente en ser juzgado por corrupción (y acertaron de pleno).
El Frente Amplio realizó congreso a finales de septiembre, donde al parecer también hay fraccionamiento con un sector liderado por Humberto Morales.
Ahora lo que se preparan son las generales de 2021. ¿Las mantendrá el nuevo presidente Merino, o habrá nuevas travesuras políticas?
Y aunque parece que hubo diálogos, no hay ningún acuerdo de confluencia, de manera que Verónika es precandidata y Marco Arana es precandidato.
Como Vizcarra no ha realizado los cambios anunciados en materia electorera, las siglas y formaciones que “están registradas” son complejas, y a menudo poco tienen que ver con el contenido, tanto ideológico como de número de apoyos.
De esa manera Verónika y su gente de Nuevo Perú no habrían logrado inscripción propia, con lo que repetiría “alianza” con Juntos por el Perú. El Frente Amplio en cambio sí tiene inscripción electoral, pero por sí solos podrían perder el 5% exigible para tener representación, y por supuesto para la presidencia les quedarían muchas alianzas por hacer.
Y en esa dispersión se sitúan nuestras amigas y amigos: Roberto Lay, Hugo Cabieses y el PS en general están en las posiciones de Nuevo Perú. De hecho, Cabieses lleva sus relaciones internacionales, como ya llevó las del PUM y las de IU. Y la abogada de Máxima Acuña, que entrevistamos en Tarapoto y actual diputada por el FA, Mirtha, pues está en la parte de Marco Arana, del mismo modo que Hugo Blanco nos había dicho que simpatizaba con el excura de Tierra y Libertad.
Curiosamente (¿?) aunque todavía falta medio año para esas elecciones, supuestamente lidera intención de voto un tal George Forsyth, que fue portero del Alianza Lima y protagonista de reality show, ha sido alcalde de un distrito de Lima y ha cambiado varias veces de partido dentro de la misma derecha.
Estamos a la espera de mejores y más profundos análisis, de lo que supone para la gente peruana esta nueva tesitura, en tanto que el Foro Social PanAmazónico, cuyo último encuentro fue en Perú, inicia trabajos virtuales esta semana, para avanzar en los derechos de sus pobladores y en la preservación de los territorios amazónicos para bien de la humanidad entera.
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