Fabes y panchón, pero virus non
Esto es lo que va a ocurrir el día 11 en la gran fiesta de San Maerín de Moreda, en Aller, fiesta de la seronda asturiana, declarada de interés nacional. Bueno, digamos más bien internacional, porque hubo un año que en Bélgica se fletó un avión para traer xente allerana y belga a San Martín de Moreda. Creo que aquel gran paisano que era el “Portu” fue el promotor de la efeméride, que hoy enriquece la apasionante historia de los Humanitarios de San Martín de Moreda, que Guillermo Fernández Lorenzo plasmó en su documentado e importante libro titulado “Humanitarios de San Martín de Moreda”, que es un verdadero “best seller” de la rica y típica historia de esta hermandad allerana de Moreda que se remonta al año 1918. Con este buen libro, ilustrado con muchas fotografías de ayer y de hoy, Guillermo Fernández Lorenzo se identifica como el verdadero y único historiador de los Humanitarios, que sigue presidiendo doña Esperanza.
Sí, fabes y pachón, pero virus, non. Eso habrá en Moreda ese día, aunque sea con bozal. No habrá folixa en las calles, ni desfile de carrozas, ni bandas de gaiteros, ni esmaná de un lau a otru, ellos y ellas, ataviados con el ropaje típico asturiano, de tan alegre colorido, pero el tufu de la fabá lo invadirá todo y llegará hasta el Picu Moreos. Y con bozal o sin él, se oficiará misa solemne y después la puya del ramu, que popularizó Caneco.
Con bozal o sin él y guardando las normas establecidas, el 11 de noviembre se comerán les fabes en todos los bares y restaurantes de Moreda.
Y un sentido y entrañable recuerdo de aquellos humanitarios que ya no están con nosotros, y ese obligado recuerdo lo vamos a personalizar en un moredense y allerano, gran persona y hombre de bien, que hizo historia como embajador de su tierra allá por tierras murcianas. Naturalmente, nos referimos a Tino Cartagena. Sí, nuestro recuerdo de esos humanitarios que hoy son luceros en la noche de los tiempos, y para ellos un fuerte abrazo desde esta obra orilla de la vida.
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