La ruina
Asturiano:
¡No nos queda nada, somos una comunidad de probes y viejos, y esto va a ir a más mientras tú te preocupas solo por el chigre!
Hemos cambiando la minería por pensiones que se acaban porque aquellos que sustituyeron el futuro de sus hijos por dinero ya se están muriendo. Se ha desarmado poco a poco el tejido industrial de la comunidad y lo que queda no puede competir porque la luz es más cara que el oro y países sin restricciones de contaminación exportan hacia la Unión Europea sin defensa posible. Nos van a dejar sin térmicas porque contaminan, pero sin alternativa, sin futuro, ni verde ni negro. Nos han quitado la cuota láctea, y la ganadería y la agricultura están ahogadas por unos costes enormes de la materia prima y unos beneficios ínfimos que consiguen de empresas que tienen ya de asturianas poco, muy poco.
Vemos deslocalizaciones de empresas de todo tipo semanalmente, no pueden estar aquí por los costes, porque somos una comunidad aislada, nos han quitado la autovía del mar, los destinos internacionales en avión, nunca va a llegar el AVE y para salir por autopista hacia la capital debemos pagar tributo mientras en Madrid cierran autopistas porque no las usan.
¿Qué empresa se pondrá en Asturias habiendo un paraíso fiscal como Madrid? Han eliminado sucesiones, reducen impuestos y tasas y privatizan lo público y lo social para poder asumirlo. El dinero se va porque en este neoliberalismo actual vale todo y el que no ahoga al vecino muere, sea astur, gallego o murciano. ¡Nosotros no podemos competir en igualdad de condiciones con la gran urbe porque no las tenemos!
¡Quieren hacernos creer que el turismo y el sector servicios son el futuro y no! Es lo mismo que cuando cambiamos minas por bares, es pan para hoy y hambre para mañana. ¡Ha hecho falta una pandemia mundial para que nos diéramos cuenta de que no todo se puede fabricar en China! Estas comunidades autónomas de 6 y 7 millones de habitantes quieren que seamos sus camareros, sus recepcionistas y sus portamaletas, nada más. Quieren que pensemos que solo podemos vivir de su dinero en verano y que tengamos que mendigarles el resto del año. El turismo y la hostelería son solo una pata más de una economía sana y con futuro, una pata a la que hay que cuidar, pero no dejando que nos conviertan en Canarias porque es la ruina para una comunidad pequeña, aislada y sin sol.
De esto tenemos la culpa solo nosotros, que llevamos 50 años, ellos en los chigres y ellas en las sacristías viendo cómo se desangraba el Principado y cómo la gente joven escapaba. Nos han enseñado que el único ocio era el bar, olvidándonos de que la música, la cultura, el deporte, la naturaleza y la solidaridad también lo son y podrían ser fuente de riqueza también ahora si se hubiera invertido más ahí y menos en chiringuitos.
Así que, adelante, manifiéstate ahora apoyando a la hostelería lo que no hiciste por la sanidad, la industria o la educación, pero acuérdate de que la culpa de esto es solo tuya, mía y de todos los que pensábamos que no había vida más allá del bar.
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