Contagiar es delito en toda regla en muchos casos
Cuando nuestro comportamiento perjudica a otros haciendo peligrar su vida, incluso muriéndose muchos de ellos, ya no es libertad personal, es delito en toda regla.
Y, cuando se comete un delito, deben la Policía y la Justicia actuar. Hasta hace pocos años, los accidentes de tráfico no estaban catalogados como delito fueras bebido, drogado o mamado; ahora, sí. Pues estamos a tiempo de hacer lo mismo con los irresponsables de contagiar en esta pandemia. Por culpa de unos pocos inconscientes pagamos todos, si no con nuestra vida, con la de algún familiar muy querido o amigos entrañables.
Nadie pone claras las normas a seguir, el tiempo de uso de las mascarillas, vemos todavía jóvenes que dicen tenerlas una semana completa sobre la boca, aquello no es virus, es un nido de contagio permanente; si además las toquetean constantemente, dejan la nariz asomando, las ponen de pajarita, las manosean al quitarlas y las colocan donde puedan dejar el nido de contagio completo, ¿de qué sirven las mascarillas?
Hay que poner muchas normas estrictas a comercios en general, bares y restaurantes, comidas para llevar, tiendas de todo tipo... guardar todas las normas de sanidad para no contagiar a clientes. No puede el camarero o dependiente llevar la mascarilla por debajo de la nariz, o tocársela constantemente con las manos que luego servirá de trasporte de virus a los clientes. Y a los clientes, lo mismo, por la misma razón. Solo así lograremos convivir con este bicho sin tanto dolor como estamos consintiendo entre todos.
Que decir de las reuniones familiares no convivientes, de las reuniones de amiguetes y los saraos por muchos lugares sin control, en eso hay que ser contundentes y fuertes las sanciones. De lo contrario, seguiremos contando muertos y el colapso de los hospitales será de órdago a la grande.
Se puede hacer más, se debe hacer más, quien manda debe hacerlo sin miramientos, nos jugamos muchos todos. Todo con el control sin miramiento de la Policía. Solo así pasaremos por el aro.
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